Islamabad/AFP
por Nasir Jafrry
Pakistán respondió iracundo a la amenaza «completamente incomprensible» lanzada en Twitter por el presidente estadounidense Donald Trump de suprimir las ayudas al país, al que acusó de no hacer lo suficiente en la lucha contra el terrorismo.
Las «recientes declaraciones (…) del líderazgo estadounidense son completamente incomprensibles porque contradicen los hechos de forma manifiesta», afirmó un comunicado de la oficina del primer ministro al término de una reunión del Consejo de Seguridad Nacional.
Los comentarios de Trump «niegan décadas de sacrificios hechos por la nación paquistaní» en la lucha contra el terrorismo, agregó citando «la pérdida de decenas de miles de vidas de civiles y de fuerzas de seguridad».
Esto no puede «banalizarse con tan poca compasión hablando sólo de valor monetario», fustigó el comunicado, subrayando por otra parte que Pakistán «luchó la guerra contra el terrorismo en primer lugar con sus propios fondos y con un coste muy elevado para su economía».
Esta era la primera reacción formal de Pakistán después de que Trump arremetiese el lunes contra Islamabad, convirtiéndolo en el blanco de su primer tuit de 2018.
«Estados Unidos han otorgado tontamente a Pakistán más de 33.000 millones de dólares en ayudas durante los últimos 15 años, y sólo nos han devuelto mentiras y engaños, pensando en nuestros líderes como si fueran tontos», escribió el presidente estadounidense.
«Dan refugio a los terroristas que estamos buscando en Afganistán, con poca ayuda. ¡Nunca más!», añadió Trump.
Pakistán, que afirma haber perdido más de 62.000 vidas y 123.000 millones de dólares desde 2003 en su guerra contra el extremismo, calificó la cifra de 33.000 millones en ayudas de «imaginada» en su comunicado.
Éste llegó un día después de que el embajador estadounidense en Islamabad, David Hale, fuese convocado por el ministerio de Relaciones Exteriores paquistaní. Ni Estados Unidos ni Pakistán hicieron comentarios sobre el contenido de dicha reunión muy inhabitual.
Difícil relación bilateral
Pakistán, aliado de Estados Unidos desde la Guerra Fría, siempre ha negado las críticas estadounidenses y acusa a Washington de ignorar a los miles de paquistaníes muertos en la lucha contra el terrorismo.
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, los dos países acordaron colaborar para desmantelar a los grupos islamistas en la región. Pero Estados Unidos, igual que Afganistán, acusa a los paquistaníes de apoyar a los talibanes, activos también en territorio afgano.
Mike Mullen, el exjefe de Estado mayor del ejército en Estados Unidos, llegó a calificar la red Haqqani —responsable de numerosos ataques contra las fuerzas estadounidenses en Afganistán y que durante mucho tiempo encontró refugió en Pakistán— de «brazo» de los servicios secretos paquistaníes.
Pakistán lanzó en 2014 operaciones en zonas tribales, en la frontera con Afganistán, y asegura haber erradicado los bastiones de los grupos islamistas.
Pero en agosto la administración Trump indicó en el Congreso que se estaba planteando dejar de pagar los 255 millones de dólares de ayuda a Pakistán, cuyo pago ya se ha aplazado.
Las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán ya eran complejas durante la presidencia de Barack Obama y han empeorado con Trump.
El presidente acusó en agosto a Pakistán de doble juego en Afganistán y de acoger en su territorio a «agentes del caos». Pocos meses después amenazó con dejar de dar ayuda al país. «Cada año pagamos sumas enormes a Pakistán, tienen que ayudarnos», afirmó.
Según el analista Michael Kugelman, especialista de Pakistán, «en algún momento será inevitable cortar las ayudas», escribió en Twitter.
«Trump suele hacer declaraciones muy duras que sólo vician la atmósfera y violan las sutilezas diplomáticas. Pero no hay ninguna posibilidad de reacción dura», como cortar todas las ayudas, asegura por su parte el experto paquistaní Hassan Askari.
Estados Unidos «no tomará ninguna medida extrema porque obligaría a Pakistán a prohibir a sus soldados y a sus provisiones pasar por [los puestos fronterizos de] Torkham y Chaman», añadió.
El ejército estadounidense necesita ayuda logística de Pakistán para acceder a sus tropas estacionadas en Afganistán.
© Agence France-Presse