César Ramírez
@caralvasalvador
El artículo: “La restauración, un diálogo con la historia” / Señal Memoria, RTVC. 27ENE022… desarrolla el siguiente concepto: ¿por qué restaurar? Primero porque las obras se deterioran, por accidente como alguien que voltea un vaso de agua por descuido, como quien deja que la luz del sol bañe directamente una superficie y la afecte; por el simple paso del tiempo, que llega a una superficie y la afecte; por el simple paso del tiempo, que llega con su óxido.
Pero va más allá: restaurar las manifestaciones culturales mantiene viva la memoria, la cual articula la identidad de la sociedad, de una nación” (…) “ la escuela italiana, plantea que se debe mantener la autenticidad de la obra y que el objetivo no es devolverla a su estado primigenio, sino permitir que brille y pueda ser apreciada según sus funciones estéticas e históricas. “(Carol Sabbadini)… Para mí la intervención debe ser mínima y reversible. Es importante preservar la pátina del tiempo, ese barniz que los años han dejado encima. Eso hace parte de su valor histórico” …
Así debemos comprender una restauración del Palacio Nacional que posee el Título de “Primer Edificio Nacional” como lo anota el historiador Jorge Lardé Larín, en el artículo El Palacio Nacional de El Salvador en El Salvador: inundaciones e incendios, erupciones y terremotos. Academia Salvadoreñas de la Historia, San Salvador, 1978.
Pero un día se intervino destruyendo su interior, algunas noticias periodísticas fueron: “Ministerio de Cultura en silencio ante destrucción de pisos del Palacio Nacional” EDH 06MAY024”; Los pisos demolidos en Palacio Nacional terminan en botadero a cielo abierto” 08MAY02 EDH; “Sin razón alguna destruyen pisos del Palacio Nacional” Editorial EDH 10MAY024; etc., ahora en redes sociales la actual administración anuncia que el Palacio Nacional se abrirá al público el 3 de agosto de 2024.
El Palacio Nacional cobró resonancia internacional con la toma de posesión del segundo mandato inconstitucional de la actual administración (01JUN024), pero recién un video divulga los cambios que se realizaron, estas alteraciones debemos contrastarlas con la reseña histórica de Jorge Lardé y Larín.
Pisos del edificio:
“La fachada general del edificio es severa y conforme con el título de primer edificio nacional, que aún ostenta orgullosamente. En el peristilo, las imponentes columnas corintias de granito preludian el amplio vestíbulo con sus marcos adyacentes, su zócalo y su piso de mármoles gris y blanco, que remata en una Escalera de Honor. Una araña de cristal de roca pende de un techo de obscuras maderas talladas. Idem.
Estructuras:
“Las estructuras de hierro, láminas troqueladas en colores, barandales y portones del mismo metal, escalinatas, planchas y columnas de mármoles y granitos y otras ornamentaciones se contrataron en Europa, y fue a recibir y despachar estos materiales el ingeniero don José María Peralta Lagos, quien cumplió su difícil cometido con todo esmero y entera satisfacción del gobierno y sociedad”. Idem.
Construcción:
“La Construcción se llevó a cabo de 1905 a 1911, durante la administración de D. Pedro José Escalón y general Fernando Figueroa”. Idem
“En términos generales en el piso bajo o inferior se advierten las columnas jónicas, con sus capiteles ornados por volutas que recuerdan la ornamenta de los carneros”. Idem
“En el piso alto, superior o galería principal, campean esbeltas columnas esmeriladas exhibiendo vistosos capiteles con hojas de acanto estilizadas, típicas del Orden Corintio, el cual se hace más ostensible en la majestuosa columnata del peristilo, en el pórtico central del edificio”. Idem
“Finalmente, el Orden Romano se advierte en los bellísimos arcos de las puertas y ventanas exteriores coronadas con cabezas de cariátides de sugestiva alegoría, que parecieran arrancadas del Erecteion, para dar mayor magnificencia al conjunto arquitectónicamente tan bien logrado por el ingeniero Alcaline”. Idem
Patio interior:
“… está franqueado por tres pabellones salientes, que corresponden a cada escalera, excepto la del rumbo poniente. En consecuencia, el patio afecta la forma de una cruz griega truncada en el indicado punto cardinal. Desde cualquiera de estos pabellones arriba o abajo, las perspectivas del edificio son imponentes por lo elevado de sus cuerpos y la rica sencillez de los adornos. Un jardín, primorosamente cuidado, da mayores encantos al primer edificio de la república”. Idem
Salones, ornado y cristal:
“Salón de honor. En el piso de arriba, en el extremo oriente existe el “Salón Rojo” ornado en su techo con medallones que ostentan la veras efigies de los exmandatarios don Francisco Morazán, don Rafael Campo, capitán general don Gerardo Barrios, general don Francisco Menéndez, general don Fernando Figueroa y doctor Manuel Enrique Araujo, y del centro de él, cuelga un bellísimo chandelier o araña de cristal tallada a mano en Lieja (Bélgica) y cuyo costo original fue de 8,000 pesos (ahora costaría más de medio millón de colones)”. Idem
“En dicho “Salón Rojo” se encuentra el Balcón de Honor, ubicado exactamente sobre el portón del frontis, en cuyos mármoles y granitos dejó su indeleble impronta el cincel de Ferracuti”. Idem
“En el extremo opuesto hacia el occidente, se encuentra el “Salón Azul”, hasta hace poco sede de la Asamblea Legislativa. Allí los ornamentos son azules, blancos y dorados”. Idem
Pisos venecianos y balcones:
“Los pisos de las salas son de mosaicos venecianos; los cielos, todos de lámina de acero estampada con figuras; 8 balcones de lujo con mármoles y bronce y los restantes, de hierro tallado, lo mismo que las barandas de los corredores y la del exterior del edificio”. Idem
“Una hermosa y elegante verja de hierro y bronce circunvala todo el edificio, y entre éste y aquélla, hay un jardín exterior de 5 m de ancho”. Idem
El artículo completo El Palacio Nacional de El Salvador fue publicado en Suplemento Tres Mil (Edición Extra) el 6 y 17 de Julio 2024 con el objetivo hacer constar el esfuerzo nacional por su memoria, así al comparar la intervención estructural original con la anunciada en ese video, la modificación es evidente, el daño está consumado, pero la Historia salva del olvido.
Bibliografía
Jorge Lardé y Larín. El Salvador: inundaciones e incendios, erupciones y terremotos. Academia Salvadoreñas de la Historia, San Salvador, 1978: pág. 175-179.
Diario de Hoy (EDH)
Diario Co Latino