Ramala/Prensa Latina
El gobierno palestino condenó hoy el asalto ejecutado por militares israelíes a la Mezquita de Al Aqsa, tercer lugar más sagrado para los musulmanes, un hecho que consideró una declaración de guerra.
El portavoz de la presidencia palestina, Nabil Abu Rudeina, denunció en un comunicado “esa bárbara agresión (…) que equivale a declarar la guerra a nuestro pueblo”.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Expatriados denunció la operación, que causó más de 90 heridos, según el último parte de las autoridades de salud,
Este crimen atroz afectó a los fieles que se encontraban en el interior y en los alrededores del santuario, incluidas mujeres, niños y ancianos, así como a los socorristas y periodistas presentes, afirmó.
Este hecho demuestra la estrategia de Tel Aviv de judaizar la zona oriental de Jerusalén, subrayó.
La cancillería responsabilizó a las autoridades israelíes por “este crimen y sus consecuencias”.
En similar sentido se pronunció el ministro de Asuntos de Jerusalén, Fadi Al-Hadmi, quien advirtió sobre las repercusiones del ataque, que consideró premeditado.
Los enfrentamientos estallaron en las inmediaciones del recinto en medio de crecientes tensiones por la ofensiva que desarrollan desde hace una semana las fuerzas de Tel Aviv en Cisjordania.
La agencia oficial de noticias Wafa denunció que docenas de uniformados ingresaron al santuario y “atacaron a los miles de fieles musulmanes que realizaban la oración del amanecer”.
Durante la incursión los militares utilizaron balas de goma, granadas de aturdimiento y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
La policía desató su potencia de fuego contra mientras irrumpían en el recinto sagrado sin ninguna consideración por los ancianos y los niños que se encontraban allí, detalló Wafa.
El sitio sagrado es venerado tanto por musulmanes, que lo llaman Explanada de las Mezquitas, como por judíos, que lo conocen como el Monte del Templo.
Para los primeros porque en su interior está la Mezquita de Al Aqsa, mientras para los segundos porque allí se construyeron sus dos templos bíblicos.
Israel ocupó la zona oriental de la metrópoli en la guerra de 1967, y desde entonces mantiene bajo su control el territorio pese a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.