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Palestina está ganando la guerra

Por Leonel Herrera*

Para cualquier persona mínimamente informada sobre el conflicto palestino-israelí, el titular de esta columna es absurdo o expresa un sinsentido.

Primero, porque lo que existe en Gaza no es una guerra entre dos fuerzas armadas en iguales condiciones y capacidades, sino un brutal genocidio perpetrado por militares israelíes que han masacrado a 25,000 palestinos en tres meses; y segundo, porque es imposible que una población desarmada pueda ganarle militarmente a uno de los ejércitos más poderosos del mundo.

Me refiero a que la victoria del masacrado y arrasado pueblo palestino no es militar, sino de tipo político y diplomático. La barbarie de las fuerzas armadas sionistas ha movido masiva y significativamente a la opinión pública mundial y a la comunidad internacional a favor de la causa palestina, lo cual podría presionar por una pronta solución definitiva al conflicto mediante la creación de un Estado palestino.

La derrota sufrida por Israel en el campo no militar es tan contundente que hasta sus aliados más fieles, Estados Unidos y la Unión Europea, se han desmarcado de la pretensión sionista de prevalecer sobre Palestina. La semana pasada, el presidente estadounidense Joe Biden planteó la solución del Estado palestino; mientras que el jefe de la diplomacia europea Josep Borrell acusó a Israel de financiar al grupo terrorista palestino Hamás, con el propósito de debilitar a la Autoridad Nacional Palestina.

Ambas declaraciones públicas fueron verdaderos “misiles políticos” que han golpeado la moral israelí y la soberbia del gobernante ultra derechista Benjamín Netanyahu, quien se enfureció por el desplante de sus aliados, sobre todo con la postura de Estados Unidos, su principal financista, protector y cómplice. El “führercito sionista”, incluso, se jactó de su determinación de “decirle no a los amigos”. 

Este aislamiento y debilitamiento israelí -provocado por el inusual enfrentamiento con sus aliados políticos, financieros y militares más importantes- se profundiza con el arrasador apoyo a Palestina en el seno de las Naciones Unidas. A los cobardes masacradores sionistas incomoda especialmente la postura del secretario general Antonio Guterres y sus insistentes esfuerzos para detener la matanza de civiles, el desplazamiento forzado, el asedio y la destrucción total del sufrido enclave palestino.

La derrota política-diplomática de Israel se agrava también con la demanda penal por genocidio interpuesta por Sudáfrica en la Corte Internacional de Justicia (CPI). La nación africana que sufrió durante varias décadas el cruel sistema de exclusión racial “aparthied” impuesto por el colonialismo británico, ahora acusa al Estado sionista por “actos genocidas” contra el pueblo palestino en la franja de Gaza.

La histórica denuncia ha sido respaldada por varios países del mundo, incluidos los latinoamericanos México y Chile. Entre paréntesis, debo señalar el descaro y el cinismo político de algunos gobiernos anti democráticos que -en forma oportunista- dicen apoyar la demanda sudafricana, entre éstos el de Nicaragua. Algún día la pareja dictatorial Ortega-Murillo, las monarquías árabes y otros regímenes autoritarios también serán demandados ante la justicia internacional por violar los derechos humanos.

Volviendo a la idea central de este texto, ojalá pronto se confirme el triunfo ético y político del pueblo palestino para que -a la mayor brevedad posible- Naciones Unidas finalmente cree el Estado de Palestina junto al de Israel y que una fuerza militar conjunta de todos los países democráticos del mundo proteja al pueblo palestino mientras éste crea sus instituciones, designa a sus gobernantes y reconstruye su país. 

Y ojalá que en Israel, el sionismo y la ultra derecha sectaria sean desplazados del gobierno y que la conducción del Estado judío sea asumida por fuerzas políticas democráticas que fundamenten la existencia de su nación en el principio de la convivencia y coexistencia pacífica con sus vecinos y hermanos palestinos. Esto también haría que grupos extremistas -financiados por el mismo Israel y que son la excusa para la agresión permanente contra el pueblo palestino- desaparezcan automáticamente.

*Periodista y activista social.

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