Rosario Rivas
@DiarioCoLatino
Cada año las palmas de coco son adornadas con flores naturales o de papel, los cuetes de vara surcan el cielo y el pito y el tambor anuncian la celebración de la virgen María, que recorre las calles de Panchimalco.
La colorida caminata llena de alegría y fe muestra el fervor que los católicos tienen a la virgen que es cargada por jóvenes, mujeres o niños y que tradicionalmente cada año, se realiza cada segundo domingo de mayo, con el anuncio de la época lluviosa.
La Iglesia de la Santa Cruz de Roma está ubicada en el centro del pueblo, y se suma a esta tradición la Alcaldía Municipal y la Casa de la Cultura de Panchimalco y la feligresía.
Esta celebración se conoce como la Fiesta de las Flores y las Palmas, donde juegan un papel importante las cofradías en las casas del mayordomo y la capitana.
Esta fiesta logra unir a los lugareños y turistas. Desde tempranas horas los lugareños trabajan en la colecta de flores y el armado de las coloridas palmas, que se cargan en la procesión.
Aquí no falta el pan, la horchata en su huacal, pero sobre todo la devoción con que se organiza el evento, que tiene por lo menos un año de anticipación en la organización.
Es de destacar que este poblado y sus tradiciones mezclan ritmos y colores proveniente de la fusión de culturas española y criolla.
Desde su iglesia colonial, su cultura maya, su antigua lengua nahuat, las coloridas vestimentas de las “panchas” o admirar las cofradías de las palmas.
El pasado tres de mayo también se celebró la llegada de la época lluviosa, y se agradeció por los cultivos y las cosechas, fue el día de la Cruz.
Fue el momento oportuno para que los lugareños agradecieran por las lluvias, las cosechas y realizar una procesión en honor a la Santa Cruz de Roma.
Las vistosas palmas de coco, adornadas con flores veneran a la madre de Dios, daban el colorido a la celebración.
Y también se puede disfrutar en este homenaje a la virgen de actividades deportivas, tardes infantiles y la tradicional cofradía de las palmas.
En los actos culturales no faltaron las danzas de los historiantes, los chapetones, el ballet folklórico nacional, marimbas, entre otros.