Ciudad de Panamá/AFP
Los migrantes que lleguen a Panamá por la frontera con Colombia serán atendidos por las autoridades del país centroamericano y se les permitirá continuar su ruta a Estados Unidos, manifestó el presidente panameño, Juan Carlos Varela.
«Se mantiene el cierre de la frontera a migrantes irregulares, pero aquellos que estén utilizando estos puntos (de la zona selvática del Darién) para cruzar y ya ingresen a nuestro territorio se les va a dar la asistencia humanitaria para que sigan su ruta», declaró.
«Panamá no va a permitir que nadie que ya ha cruzado hacia nuestro país muera en nuestra tierra», añadió el mandatario panameño durante un acto público.
Migrantes irregulares, principalmente haitianos que han permanecido en Brasil, africanos, asiáticos y cubanos, cruzan constantemente la frontera selvática entre Colombia y Panamá en su ruta a Estados Unidos.
Unos 800 migrantes se mantienen en Panamá y otros 2.500 están varados en Costa Rica por la negativa de Nicaragua de permitirles el paso por su territorio.
Varela anunció que existen diferentes puntos de control y asistencia para los migrantes y que se está construyendo un campamento en la localidad de Metetí para su atención.
En esos puntos, las autoridades panameñas identifican a los migrantes y les brindan alimentos y servicios sanitarios, entre otros.
«Lo que hay es un corredor humanitario», explicó Varela, quien dijo que dos colombianos fueron detenidos por cargos de tráfico de personas.
La zona selvática del Darién, de más de 15.000 kilómetros cuadrados, es atravesada por los migrantes que intentan cruzar de Colombia a Panamá, y en ella se exponen a enfermedades, hambre y sed.
Varela reconoció que detener completamente el flujo de migrantes por ese área necesitaría «toda la fuerza pública» del país.
Según autoridades colombianas entre el 19 de mayo y la pasada semana han salido por Turbo, en el noroeste de Colombia, 7.903 migrantes irregulares, y más de 5.800 han sido deportados.