Por Juan José Rodríguez
Ciudad de Panamá/AFP
El ultimátum que pesa sobre la ampliación del Canal de Panamá, rx un ansiado proyecto para coronar el centenario de la vía este año, ailment vence el lunes sin que su administración y el consorcio encargado logren aún un acuerdo sobre costos que evite paralizar las obras.
Directivos del consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), online encabezado por la constructora española Sacyr, y la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) se han reunido al menos cuatro veces en las últimas dos semanas sin alcanzar un acuerdo.
Una fuente de la ACP, que pidió el anonimato, señaló que la administración recibió una carta el jueves en la que GUPC reitera su advertencia de que suspenderá las obras a partir del lunes mientras esa entidad «no acepte una solución amigable».
«Ya vamos acercándonos a la fecha fatídica y pronto sabremos si el consorcio terminará la obra. El tiempo juega ahora en contra», dijo a la AFP el economista Felipe Chapman.
El proyecto de ampliación entró en crisis el pasado 30 de diciembre, cuando GUPC amenazó con suspender las obras en un plazo de 21 días si no se le reconocía un sobrecosto de 1.600 millones de dólares sobre el monto del contrato original (3.200 millones) para construir las terceras esclusas.
El jueves, el administrador de la vía, Jorge Quijano, reconoció que «posiblemente» las obras se paren la próxima semana y adelantó que ya existen conversaciones con otras compañías para completar los trabajos si fuera necesario, aunque no reveló los nombres.
«Estamos preparados para cualquier eventualidad y tenemos ya empresas con nosotros trabajando desde hace tiempo», añadió el administrador, según el cual la ACP reiniciaría las obras «lo más pronto posible».
Para el martes está prevista una reunión entre las dos partes y la empresa aseguradora Zürich América International, para hablar de la fianza de 600 millones de dólares que salvaguarda la construcción del tercer juego de esclusas.
Quijano calculó que se requieren unos 1.500 millones para terminar la obra en junio de 2015, pero afirma que Panamá está en capacidad de concluirla con «mayor eficiencia» y «recortes en costos».
La ACP ofreció un anticipo de 100 millones de dólares para mantener activa la obra, pero GUPC pidió que el adelanto fuera de 400 millones y aceptó de su parte aportar otros 100 millones. Luego, la empresa Impregilo pidió a ACP inyectar 1.000 millones, lo que la ACP rechazó.
GUPC, quien al concursar por el proyecto presentó una oferta muy por debajo de sus competidores para realizar los trabajos, asegura que hay sobrecostos por «imprevistos» e informes geológicos erróneos, lo que ACP también rechaza.
Millonarios ingresos en juego
Manuel Manrique, presidente de Sacyr, ha afirmado que GUPC -compuesto además por Impregilo de Italia, Jan de Nul de Bélgica y Constructora Urbana (CUSA) de Panamá- «bajo ningún concepto va a abandonar la obra», lo que no desvaneció la incertidumbre sobre el futuro del proyecto.
«Se van a tener que modificar las proyecciones financieras, pero ese no es el mayor impacto. El mayor impacto es no concluir la obra», dijo a AFP el analista Ebrahim Asvat.
Además de un mayor costo, la crisis del proyecto implica para Panamá un retraso en los ingresos proyectados por el paso de los superbuques por el Canal ampliado, lo que podría condicionar la gestión del próximo gobierno que se elige en mayo, según analistas.
El Canal aporta al fisco panameño unos 960 millones de dólares anuales, cerca del 10% de los ingresos fiscales totales, lo que aumentará considerablemente cuando pasen los superbuques con más de 12.000 contenedores.
La ampliación de la vía permitirá el transporte de combustibles, como el trasiego de carbón colombiano y gas natural licuado desde Venezuela, Trinidad y el Golfo de México.
Las obras también despertaron el interés de Estados Unidos, país que ha tenido que adaptar sus puertos del Golfo de México y de la costa este con inversiones millonarias para dar cabida a los nuevos cargueros que pasarán por Panamá.
«Va a costar más, pero después se va amortizar con los ingresos de las nuevas esclusas, así que sigue siendo una operación rentable», añadió Asvat.
El proyecto de ampliación comenzó en 2009 y debía finalizar este año, en el centenario de la vía. Sin embargo, los trabajos llevan nueve meses de retraso y ahora terminarían en junio de 2015.
El costo global del proyecto está estimado en 5.250 millones de dólares y tiene un avance global del 72% y de 65% en las esclusas.
El Canal de Panamá, por donde pasa el 5% del comercio mundial y cuyo principal cliente es Estados Unidos, seguido de China, Chile y Japón, fue inaugurado en 1914 por los estadounidenses y pasó a soberanía panameña en diciembre de 1999.