Ciudad de Panamá/AFP
El gobierno de Panamá anunció la instalación de dos nuevos campamentos en zona fronteriza con Colombia para atender a los inmigrantes irregulares que buscan cruzar América Central para llegar a Estados Unidos.
Los campamentos se ubicarán en las comunidades de Nicanor y Peñitas, en la provincia selvática del Darién, fronteriza con Colombia, según un comunicado del gobierno panameño.
Estos dos nuevos campamentos instalados por el Sistema Nacional de Protección Civil se suman al albergue de Mas Di en Metetí, también en Darién.
En esas instalaciones a los inmigrantes irregulares «se les brindará atención médica y se les aplicará controles biométricos de seguridad», dice la nota.
Panamá manifestó además que seguirá tomando «todas las medidas» para que estos migrantes «no representen un riesgo de salud o de seguridad para la población panameña» y reiteró que mantiene cerrada la frontera con Colombia a estos flujos migratorios «que afectan la región».
La semana pasada el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, dijo que pese al cierre de la frontera con Colombia, las autoridades panameñas permitirían a los migrantes irregulares continuar su camino hacia Estados Unidos.
«Panamá no va a permitir que nadie que ya ha cruzado hacia nuestro país muera en nuestra tierra», dijo Varela.
Migrantes irregulares, principalmente haitianos que han permanecido en Brasil, africanos, asiáticos y cubanos, cruzan constantemente la frontera selvática entre Colombia y Panamá en su ruta hacia Norteamérica.
Cientos de migrantes se mantienen en Panamá y miles podrían estar en camino, según autoridades colombianas.
Sin embargo, Nicaragua ha prohibido el paso por su territorio a estos inmigrantes irregulares, por lo que varios miles se mantienen varados en Costa Rica a la espera de poder seguir su periplo por Centroamérica o de un acuerdo humanitario que los acerque a la frontera con Estados Unidos.
De acuerdo a la edición digital del diario panameño La Prensa, los migrantes «abarrotan» Paso Canoas, punto fronterizo entre Panamá y Costa Rica.
«A la frontera de Paso Canoas han comenzado a llegar cubanos y haitianos a quienes la Policía de Costa Rica devuelve a Panamá», manifiesta el diario.
La zona selvática del Darién, de más de 15.000 kilómetros cuadrados, es atravesada por los migrantes que intentan cruzar de Colombia a Panamá.
En ella se exponen a enfermedades, hambre y sed, por lo que el gobierno panameño ha pedido no utilizar esta para no poner «en riesgo sus propias vidas al intentar cruzar de un país a otro», según la nota de este lunes.