Luis Ponce
@DiarioCoLatino
Miles de personas se dieron cita en el pintoresco pueblo de Panchimalco para celebrar una edición más del Festival de las Flores y las Palmas. Es un día de fiesta donde las principales calles se visten de colores. De palmas engalanadas con flores rojas, amarillas, blancas y moradas. Todo esto en honor al mes de la Virgen María. Una fiesta organizada por las cofradías, la Casa de la Cultura y la Alcaldía Municipal. Doña Eleuteria es una persona de la tercera edad. Su pelo empieza a pintarse de blanco. Es de estatura pequeña. Su piel trigueña comienza a ser testigo de los estragos que con el tiempo hace el sol. Su ropa es de una típica mujer de Panchimalco, también llamadas panchas, usa un vestido azul, delantal blanco, zapatos cerraditos y una medallita. En su rostro se dibuja una sonrisa, un poco de nerviosa pero sobre todo de alegría. No es para menos, su casa se ha convertido este día en uno de los centros del pueblos. En su casa se celebra la cofradía de Nuestra Señora del Rosario.
En Panchimalco, a lo largo del año se celebran 22 cofradías. Para el Festival de las Flores y las Palmas son dos las encargadas de las celebraciones: La cofradía de Nuestra Señora del Rosario y la de la Inmaculada Concepción. Son dos fiestas simultáneas que tienen a cargo la elaboración de palmas con flores y las andas a utilizar en la procesión con la imagen de la virgen. La casa de doña Eleuteria es lo que llamaríamos una “casa de pueblo”, no tan grande pero tampoco tan pequeña, sin embargo se queda corta respecto a la cantidad de personas que llegan a visitarle. Es tradición que en la cofradía mientras se arreglan las palmas, se compartan refrescos, (horchata, ensalada y chan), pan picado (una pieza de pan se corta en varios trozos más pequeños) así como la tradicional bebida fermentada: la chicha.
Personas locales y turistas llegan a la casa, ubicada a un costado del templo de El Calvario, que se ha extendido por buena parte de la calle que conduce hacia el cementerio, para colaborar y luego degustar la comida.
Este Festival hoy celebra su XXXVII edición. Antes de 1980, se llevaban a cabo las tardes de mayo. En esta modalidad, cada persona hacía una o dos palmas y todas las tardes salían en procesión. Fue entonces cuando un grupo de jóvenes tuvo la iniciativa de juntar todas esas palmas un solo día e instituir una de las fiestas más conocidas a nivel nacional, un símbolo de Panchimalco, los Festivales de las Flores y las Palmas.
Doña Eleuteria ha hecho de todo durante los días de la fiesta. Todo menos descansar. Desde las 4:00 inició con la alborada. Elaboración del altar en su casa. Comida y bebida para visitantes. Elaboración de palmas. Procesión. Misa de cierre. Claro que no lo hace sola, aunque ella es el rostro oficial de la cofradía se ve auxiliada por su familia, en especial por su nieto Antonio.
Este año surgió una peculiaridad en el festival, es la primera vez que se nomina en honor de una persona: René Gregorio. En Panchimalco casi nadie le decía su nombre de pila, su seudónimo “pan quemado”. Nunca se sintió ofendido porque le llamaran así. René nació en 1963 y desde 1980 fue colaborador de la Casa de la Cultura. Organizó 36 festivales. Era la voz oficial de los actos culturales. El eterno maestro de ceremonia. El animador de la quema de toritos. Impulsor de elaboración de globos y cohetes artesanales. El año pasado partió de está tierra dejando un legado enorme para Panchimalco. Por eso el comité de festejos tuvo a bien nominar está fiesta a su memoria porque las personas solo mueren cuando se les deja en el olvido.
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