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Carolina Amaya, del equipo de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) forma parte del colectivo Justicia Climática, que, a su vez, participan de una plataforma más amplia de coordinación a nivel regional articulada en el Foro Centroamérica Vulnerable. Foto Diario Co Latino/Fernando Velásquez

“Pandemia COVID-19 elevó la vulnerabilidad de los pueblos de la región”: Carolina Amaya

Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino

Carolina Amaya, del equipo de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) forma parte del colectivo Justicia Climática, que, a su vez, participa de una plataforma más amplia de coordinación a nivel regional articulada en el Foro Centroamérica Vulnerable, que inauguraron el Onceavo Encuentro Regional Semana Climática Virtual “Hacia la Sustentabilidad del Desarrollo Post COVID-19 en Centroamérica”.

-¿Cuál es el enfoque principal?

La pandemia por COVID-19 desnuda las grandes desigualdades en términos económicos, ambientales, sociales y culturales. Y claro, quien ha tenido acceso al agua en calidad y cantidad, sin duda le ha sido más fácil la adopción de medidas de prevención de salud o que ha tenido suficientes recursos económicos para comprar mascarillas y cambiarlas a diario, acatando las indicaciones y pues, quienes no lo hicieron, porque priorizaron la alimentación, más que la prevención.

Hay quienes han tenido un empleo remunerado que les ha permitido, quedarse en casa, sin duda eso les ha resguardo más del COVID-19, pero otra mayoría no, pues le tocó enfrentar el virus en la calle trabajando y exponiéndose, porque quedarse en casa, es un lujo que pocos se pueden dar.

-¿Estos son problemas estructurales?

Sí, esta pandemia ha elevado esta situación, y no es, que no la conozcamos, esto ha servido como espejo para ver esa imagen. Sabemos también que los Estados están endeudados. Y antes de la pandemia, ya se hablaba que en El Salvador había más de 600,000 personas viviendo en extrema pobreza y se habla de una cantidad similar post pandemia -la misma CEPAL- ha dicho que va haber un retroceso de diez años y no se sabe cuando se van a volver a recuperar los índices que teníamos en términos de desarrollo humano.

-¿Que lectura hacen como organizaciones ambientalistas?

Esa realidad no es que los ambientalistas no la hayamos venido recalcando, decimos que esas vulnerabilidades, esas brechas abismales, nos invitan a reflexionar sobre lo que viene después. Porque generalmente en la memoria colectiva e históricamente sabemos que las crisis las pagan las clases empobrecidas y la naturaleza. En ese sentido en el marco del Onceavo Encuentro del Foro Centroamérica Vulnerable, queremos debatir, generar una reflexión a nivel local, regional e internacional sobre esa sustentabilidad post COVID-19, es decir, esa nueva normalidad que destruye los bienes naturales, que explota los ecosistemas y las clases empobrecidas.

-¿Cuál es el impacto para las mujeres dentro de esa realidad?

Esto condena a las mujeres a sostener con las tareas del cuidado, no solo el sistema en general, sino también en su casa. Nosotros, queremos plantear que ya no queremos volver a esa normalidad, ni en el marco de las alternativas que se gesten desde los Estados, que terminen de socavar y ampliar las brechas por propuestas de desarrollo para unos y desastres para las mayorías.

Entonces, vamos a discutir en esta semana las estrategias y la sustentabilidad como paradigma del Buen Vivir, como base para el desarrollo humano, sustentando en los saberes ancestrales de los pueblos indígenas, será un segmento a discutir, las alternativas de estos pueblos y en especial de las mujeres.

-¿Qué otros temas abordarán?

El agua como bien común. Porque el agua es el centro del debate y estas propuestas mal llamadas de desarrollo las vamos a discutir y vamos a visibilizar los conflictos que suceden en Costa Rica, con el tema del monocultivo de la piña; El Salvador con el monocultivo de la caña de azúcar y cómo se gestan esos grandes conflictos, las disputa del agua por estos monocultivos y la minería para sus extravagancias, pero desde la visión de los agricultores, desde las mujeres, los pescadores y campesinos, porque el agua es sobrevivencia.

También, abordaremos el papel de las mujeres en la primera línea de resistencia en la defensa de los territorios. Muchas veces, en las ciudades se derrocha el agua o se comen tomates, pepinos y otros frutos, sin saber que esas hortalizas llevan todo el esfuerzo de las mujeres que son invisibilizadas, entonces, en este 11o Encuentro Centroamericano queremos reconocer la resistencia de las mujeres en los territorios, en la defensa de los bienes naturales. Así también, hablaremos de justicia climática y el estado del Cambio Climático y la repercusión que tiene en la región, las alternativas desde las comunidades que pueden ser ejemplo no solo para los Estados centroamericanos, sino también para las negociaciones internacionales del clima a nivel global.

Es una semana de debate, de intercambio, pero también una semana de propuestas encaminadas a realizar un aporte desde el Foro Centroamérica Vulnerable, lo que debería ser la sustentabilidad como paradigma del Buen Vivir y propuesta de desarrollo humano.

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