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Pandemia deja crecimiento de la pobreza y aumento del desempleo

La pandemia deja crecimiento de la pobreza y aumento del desempleo en varios sectores, uno de los sectores más golpeados fue el “sector informal”, y por ende las mujeres. Foto Diario Co Latino/Archivo

Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino

“A diciembre del año pasado habían 35,000 empleos sin recuperarse”, dijo Carmen Urquilla, coordinadora del Programa Justicia Laboral y Económica de ORMUSA, en la presentación del informe investigativo “Mujer y Mercado Laboral 2020, El Salvador Medidas para la Recuperación del Empleo”.

La Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA) presentó su investigación de campo sobre el mercado laboral en el contexto de la pandemia de la  COVID-19, del cual resaltan generó una crisis sanitaria, social y económica que impactó a mayorías poblacionales, con el crecimiento de la pobreza y el aumento del desempleo.

Carmen Urquilla señaló que el impacto de la pandemia en empleo se vislumbra con la cantidad de personas cotizantes al Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), en la cual se registró un diferencial de 71,849, aunque a diciembre de 2020 hay una leve recuperación.

“En el estudio se hace un análisis sobre las medidas que se tomaron con el ingreso económico en personas trabajadoras, tomando datos del Seguro Social y se observó, durante la cuarentena obligatoria la pérdida de 70,000 empleos y puestos de trabajo. Y si bien, posterior a la reactivación económica, hay una cantidad de empleos recuperados, también a diciembre de 2020 hay un diferencial de 35,000 puestos de trabajo sin recuperarse”, señaló Urquilla.

Asimismo, agregó que uno de los sectores más golpeados fue el “sector informal”, que históricamente en cualquier momento de crisis económica han servido como “válvula de escape”, porque las personas que contaban con un empleo formal (ISSS/AFPS), al perder su fuente de ingresos la mayoría migra al sector informal y que en el contexto de la pandemia no pudo, por el confinamiento obligatorio, lo que elevó la situación de inseguridad social.

En el caso concreto del mercado laboral y las mujeres, Urquilla reseñó que las mayormente afectadas fueron quienes trabajan en el sector de la manufactura con alrededor de 10,258 fuentes de empleo; luego siguen las actividades de comercio, restaurantes, hoteles, transporte y almacenamiento, que registraron pérdidas de 9,742 y para el sector profesional, científico, técnico y servicios de administración de apoyo sumaron los 4,918 pérdidas de empleo.

“En los hombres, las mayores pérdidas de empleo están en la construcción con 13,269 puestos; le sigue la actividad del comercio, restaurantes, hoteles y transporte con 11,441 y las profesionales, científicas y técnicas con 7,219 puestos de trabajo menos. En el contexto del COVID-19, la protección a la estabilidad del empleo fue muy limitada en América Latina y únicamente México y Argentina, establecieron prohibiciones a despidos. Mientras, en El Salvador, la figura más utilizadas fue la suspensión de contratos y que algunos casos obligaron a sus trabajadoras y trabajadores a firmarlos en el entendido de ser de mutuo acuerdo. Así como, situaciones de despidos disfrazados porque no fueron notificadas de regresar a la actividad económica”, explicó.

“En general la mayoría de empleos que se perdieron son los de los hombres, porque son los que más participan en el mercado laboral formal y las mujeres se encuentran más en el sector informal. Más del 76 % de las mujeres que participaron en el estudio realizaban una actividad económica al momento previo a la cuarentena y luego de las medidas gubernamentales, la cifra pasa a un 34 %; o sea, casi la mitad de empleos. Y en octubre 2020, aunque se evidencia una recuperación de empleos, todavía en el caso de las mujeres hay un diferencial de aproximadamente del 13 % sin empleo”, acotó Urquilla.

Y de las personas que realizaban una actividad económica, antes de la cuarentena obligatoria, algunos pudieron mantenerse resguardados de sus hogares, pero hubo un porcentaje de 22.2 % de mujeres que se vieron obligadas a crear una nueva actividad económica y el 16.6 %, fue en los hombres. Y que en estabilidad laboral, el sector público tuvo mayor fortaleza que trabajadores del sector privado u por autoempleo.

“Entre quienes realizaron actividades económicas durante la cuarentena, la mayor parte de mujeres (51 %), y hombres (50 %), continuaron con la misma actividad económica. Y las personas que siguieron generando ingresos durante la cuarentena, son mayoritariamente aquellas que tenían acceso al teletrabajo y que se caracterizan por tener mayores niveles educativos . El 80.0 % de las mujeres y el 82.2 % de hombres fueron quienes realizaron teletrabajo, con niveles de educación superior y bachillerato”, indicó.

En cuanto a las recomendaciones en materia de política pública, Urquilla señaló que será importante que los tomadores de decisión potencien el mercado de trabajo, con intermediación laboral y formación profesional y así facilitar la “reconversión” de las personas trabajadoras y adaptarse a las nuevas tendencias especialmente al teletrabajo y comercio electrónico.

Sobre BANDESAL y CONAMYPE, Urquilla sugirió que apoyen las iniciativas económicas con un enfoque de “integralidad”, desarrollando instrumentos para todos los segmentos empresariales y particularmente a los más pequeños, de menor formalidad y que concentra fuentes de empleo a mujeres.

“Desarrollo de una política de corresponsabilidad social de los cuidados encaminadas a reconocer, reducir y redistribuir el trabajo de cuidado de niñez, de personas mayores y otras personas dependientes que es absorbido, mayoritariamente por mujeres. Y fortalecer la labor del Ministerio de Trabajo, a través de un nuevo marco jurídico institucional de la inspección de trabajo, para garantizar que se cumplan y respeten las disposiciones legales”, sostuvo Urquilla.

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