Oscar López
@Oscar_DCL
De acuerdo con un informe conjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los altos grados de desigualdad acompañados por elevados niveles pobreza, informalidad, desprotección social y limitado acceso a salud oportuna y de calidad, explican los altos costos sociales que la pandemia está teniendo en la región.
Los organismos sostienen que en la dinámica de los contagios también influye el alto grado de urbanización y metropolización, ya que más de un tercio de la población vive en ciudades de un millón o más habitantes, a lo que se suman los déficits acumulados en las urbes en materia de hacinamiento, falta de servicios de agua y saneamiento, y transporte público atestado.
El informe sostiene que la matriz de desigualdad en la región posiciona a ciertos grupos en especial situación de vulnerabilidad, entre ellos las personas mayores (85 millones), trabajadores informales (54 % del empleo regional), mujeres (mayoría en actividades informales, con trabajo no remunerado aumentado y mayor exposición a violencia doméstica), pueblos indígenas (60 millones de personas y con comunidades que pueden desaparecer), personas afrodescendientes (130 millones de personas en 2015), personas con discapacidad (70 millones de personas) y migrantes.
Todos estos grupos requieren una atención especial que mitigue sus condiciones especiales de vulnerabilidad, señalan.
Asimismo, expresan que en materia de salud, los hogares financian más de un tercio de los gastos en atención de salud con pagos directos de su bolsillo, cerca de 95 millones de personas deben afrontar gastos catastróficos en salud y casi 12 millones se empobrecen debido a estos gastos.
La disponibilidad promedio de médicos y de camas hospitalarias no llega ni a la mitad de la que tienen países más desarrollados, como los de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo que representa barreras de acceso importantes.
El informe, también plantea que debido a la pandemia, la atención de otras enfermedades se ha pospuesto o interrumpido, lo cual empieza a reflejarse en un exceso de mortalidad que señala los profundos efectos del desplazamiento tanto de la oferta como en la demanda de servicios.