Además, apuntó, la pandemia ha contribuido a empeorar las crisis sociales y ambientales ya existentes, como ustedes, los jóvenes, siempre nos lo recuerdan a nosotros. Y hacen bien en recordarlo.
En tal sentido, Francisco abogó por ‘una sanación de raíz, que cure la causa del mal y no se quede solo en los síntomas’ y añadió que en esas raíces enfermas ‘encontramos el virus del individualismo, que no nos hace más libres ni más iguales, ni más hermanos, más bien nos convierte en indiferentes al sufrimiento de los demás’.
Tras censurar el ‘nacionalismo cerrado’, el papa indicó que otra variante de ese virus ‘es cuando ponemos las leyes del mercado o de propiedad intelectual por sobre las leyes del amor y de la salud de la humanidad’.
Otra –subrayó- es cuando creemos y fomentamos una economía enferma, que permite que unos pocos muy ricos, unos pocos muy ricos, posean más que todo el resto de la humanidad, y que modelos de producción y consumo destruyan el planeta, nuestra ‘Casa común’.