Alberto Romero de Urbiztondo
@aromero0568
Al clausurar la Cumbre sobre Pederastia, de la Iglesia Católica, Jorge Bergoglio, Papa Francisco, defraudó a las víctimas de abusos sexuales por sacerdotes, al no aprobarse medidas concretas para denunciar a los abusadores, apartarlos del contacto con menores, pedir perdón a las víctimas y ofrecerles apoyo y reparación. Sin embargo, hay que reconocer un esfuerzo por afrontar esta problemática, forzados por la denuncia tenaz y valiente de personas que enfrentaron abusos.
El avance es lento, con mucha resistencia de obispos y cardenales que se sienten amenazados, por ser abusadores o encubrir a violadores, ignorando a las víctimas. El reciente ingreso en prisión, del Cardenal George Pell, número tres del Vaticano, acusado de abuso sexual a menores, son un aviso para estas jerarquías.
Otro factor de resistencia frente a la pederastia, es el profundo pensamiento patriarcal de la Iglesia Católica, donde las mujeres tienen un papel secundario, sin acceso al sacerdocio, ni a cargos doctrinales y políticos. Bergoglio, negó que una mujer pueda ser sacerdote, obispo, cardenal o papa, manifestando que: “todo feminismo acaba siendo un machismo con faldas”, mostrando su miedo a un movimiento que denuncia las desigualdades e inequidades entre mujeres y hombres.
Si bien es necesario respetar las creencias de todas las personas y la existencia de instituciones religiosas, a partir del principio de laicidad del Estado, hay que hacer tres señalamientos a la jerarquía católica y a sus integrantes:
-La pederastia es un delito e independientemente de los juicios eclesiásticos que se hagan a los abusadores, estos deben ser denunciados a la justicia civil y no encubrirlos.
-Una institución donde sus integrantes no tienen capacidad de elección de los niveles de toma de decisiones, irradia en la sociedad, una concepción jerárquica, centralista, obediente y sumisa, contraria a valores democráticos.
-La marginación de las mujeres en el seno de esta institución, negándoles derechos básicos de participación, a elegir y ser electas en cargos de decisión, vulnera principios básicos de igualdad de derechos.
La superación de estos vacíos democráticos, es una demanda que hacemos a las personas miembros de esta iglesia, para contribuir a una sociedad mas justa.