Mercedes de la Torre / ACI Prensa
Durante la Misa celebrada el recién pasado martes en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco recordó que “la salvación no se compra” sino que Dios “nos la da gratuitamente”.
En su homilía, el Santo Padre reflexionó en el pasaje del Evangelio de San Mateo de la liturgia del día que indica la importancia de la gratuidad: “Gratis lo recibisteis; dadlo gratis”.
En esta línea, el Papa Francisco destacó de hecho que Dios “nos salva gratis, no se hace pagar” por lo que en el mismo modo en que Él hace con nosotros “nosotros debemos hacer con los demás”. “Es una de las cosas más bellas”, calificó el Pontífice.
“Saber que el Señor está lleno de dones para darnos. Solamente, pide una cosa: que nuestro corazón se abra. Cuando nosotros recitamos el ‘Padre Nuestro’ y rezamos, abrimos el corazón, para que esta gratuidad venga”, explicó el Papa.
Por ello, Francisco destacó que “no existe relación con Dios fuera de la gratuidad” y comentó que en ocasiones cuando “necesitamos algo espiritual o un favor, decimos: ‘ahora haré ayuno, penitencia, haré una novena…’ Está bien, pero ¡tengan cuidado! -añadió- eso no es para pagar el favor, para comprar el favor; es para alargar tu corazón para que la gracia venga. La gracia es gratuita”, reiteró.
Además, el Papa Francisco reflexionó sobre la misión de los cristianos que implica “una vida de servicio”, como Jesús lo explica en este pasaje del Evangelio de San Mateo: “Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios”.
“La vida cristiana es para servir. Es muy triste cuando encontramos cristianos que al inicio de su conversión o de su conciencia de ser cristianos, sirven, está abiertos para servir, sirven al pueblo de Dios, y después terminar por ‘servirse’ del pueblo de Dios”, advirtió el Papa quien aseguró que “esto hace tanto mal, tanto mal al pueblo de Dios. La vocación es para ‘servir’ y no para ‘servirse’ de”.
En este sentido, el Santo Padre hizo una llamado a los pastores de la Iglesia para que continúen a donar su vida gratuitamente.
“En nuestra vida espiritual tenemos siempre el peligro de resbalar sobre el pago, siempre, también hablando con el Señor, como si quisiéramos dar un soborno al Señor”, alertó el Papa.
Por ello, Francisco exclamó con fuerza que ese no es el camino: “Señor, si tú haces eso, yo te daré eso. ¡No! Yo hago esta promesa, y esto me alarga el corazón para recibir aquello que está allí, gratuito para nosotros”, explicó.
De este modo, el Papa concluyó que “estarelación de gratuidad con Dios es lo que nos ayudará después a tener la relación con los otros, sea en el testimonio cristiano, en el servicio cristiano, en la pastoral del pueblo de Dios… la vida cristiana es ir. Predicar, servir, no ‘usar’. Sirvan y den gratis lo que han recibido gratis”.