Ciudad del Vaticano/Prensa Latina
El papa Francisco pasó una noche tranquila en el Policlínico Gemelli, de Roma, donde se recupera de una neumonía bilateral, mientras mantiene su reposo y tratamiento, tras reportarse un reciente agravamiento de su salud.
En una nota emitida en la mañana de este domingo, la oficina de prensa de la Santa Sede dio a conocer oficialmente que “la noche transcurrió tranquilamente, el Papa descansó”.
El 22 de febrero ese servicio informativo vaticano señaló en su último parte de ese día que el Sumo Pontífice se encontraba en estado crítico, como consecuencia de una crisis respiratoria, la cual obligó a la aplicación de oxígeno y requirió la realización de transfusiones de sangre.
Las pruebas sanguíneas efectuadas a Francisco revelaron una trombocitopenia, asociada a anemia, y el pronóstico sobre la futura evolución de su salud es reservado, precisó ese medio.
El pasado viernes el doctor Luigi Carbone, médico de consulta del Obispo de Roma declaró a la prensa, que el mismo no estaba en peligro de muerte, pero tampoco fuera de peligro, aunque, según señaló, “su corazón está perfecto”.
El Papa tiene una enfermedad crónica, la bronquiectasia, con una bronquitis asmática que puede tener fases de exacerbación, una condición que lo convierte por definición en un paciente frágil.
Si se produjera una sepsis, podría ser muy difícil salir de ella a su edad y con sus problemas respiratorios, expresó Carbone al hacer referencia a la preocupación que comparte el equipo médico que lo atiende.
Frente a rumores y noticias falsas publicadas en la última semana, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, aclaró en una entrevista concedida al diario Corriere della Sera, que “todo esto me parece una especulación inútil”.
“Ahora pensamos en la salud del Santo Padre, en su recuperación, en su regreso al Vaticano: son las únicas cosas que importan”, enfatizó Parolin.
Como ocurrió el domingo pasado, hoy el habitual Ángelus del mediodía será retransmitido sólo en versión escrita, mientras que la lectura de la homilía papal de la misa de esta mañana en la Basílica Vaticana, en ocasión del Jubileo de los Diáconos, corre a cargo del monseñor Rino Fisichella, proprefecto del Dicasterio para la Evangelización.