Por Marion Thibaut/Athens Zaw-zaw
Rangún/AFP
El papa Francisco acudirá como mensajero de «paz», aseguró este jueves la Iglesia, cuando viaje a finales de noviembre a Birmania, donde su defensa de los rohinyás musulmanes que huyen masivamente de un país sacudido por el budismo radical podría incendiar la opinión pública.
Francisco «viene por el bien del país y hablará de paz», insistió Mariano Soe Naing, portavoz de la Conferencia de Obispos Católicos de Birmania, consultado por la AFP después de que el Vaticano publicara esta semana el programa de la visita del papa.
«Aún no sabemos de qué hablará ni si abordará la crisis en el estado [occidental] de Rakáin», precisó el prelado.
Esa región del oeste de Birmania es el epicentro de los enfrentamientos entre rebeldes rohinyás y el ejército, que provocaron la huida, desde finales de agosto, de más de medio millón de civiles rohinyás al vecino Bangladés.
El pontífice, que no vaciló al denunciar públicamente «la persecución de la minoría religiosa de nuestros hermanos rohinyás», comenzará su visita con un encuentro con la galardonada con el Nobel de la Paz y jefa de gobierno de facto de Birmania, Aung San Suu Kyi, en Naypyidaw, la capital administrativa del país, el 28 de noviembre.
Reunión con los budistas
Pese al contexto, la visita histórica del papa ha suscitado cierto entusiasmo: se espera que 200.000 personas asistan a la misa del 29 de noviembre en Rangún, capital económica, según la Conferencia de Obispos católicos. Alrededor de 100.000 personas ya se han inscrito, un mes y medio antes de la visita.
«Es la primera vez que un papa viene a Birmania, es famoso así que iré a verle», dijo Pani, un taxista de Rangún, entrevistado por la AFP.
«Los cristianos y los budistas somos parecidos, somos pacíficos, no como los musulmanes», agrega el conductor, budista.
El papa también hablará ante el Consejo Supremo budista de la Sangha.
«No habrá reuniones interreligiosas por la falta de tiempo», explicó el portavoz de la Conferencia de Obispos católicos al ser preguntado por la AFP sobre la ausencia de encuentros con representantes de la comunidad musulmana.
El 30 de noviembre el papa viajará a Bangladés, tras una misa en Rangún con los jóvenes.
Durante una gran oración interreligiosa organizada el martes en Rangún, el cardenal Charles Bo, arzobispo de Rangún, ya había subrayado la voluntad de «paz» del papa.
«Siempre enseña la paz. Para alcanzar la paz, hace falta justicia», declaró ante la multitud, dominada por monjes budistas, pero donde también había representantes cristianos y musulmanes, minorías religiosas en ese país.
Discurso de Aung San Suu Kyi
Suu Kyi, que visitó al papa Francisco en el Vaticano, se ha granjeado muchas críticas por su falta de empatía hacia los rohinyás, considerados como una de las minorías más perseguidas del mundo, en un país marcado por un fuerte nacionalismo budista que defiende una retórica antimusulmana.
El jueves por la noche tiene previsto dar un discurso en la televisión birmana sobre la crisis de los rohinyás, anunció su gobierno.
El 19 de septiembre ya había ofrecido un discurso por televisión sobre este tema, en inglés y sin subtítulos, destinado principalmente a la comunidad internacional.
El general Min Aung Hlaing acusó el jueves a la comunidad internacional de «exagerar» en el número de rohinyás que huyeron de Birmania e insistió en que esa comunidad, a la que la Junta militar le niega la nacionalidad birmana desde 1982, no tiene nada de birmano.
El miércoles, en un nuevo informe, la ONU consideró que la represión del ejército era «organizada, coordinada y sistemática» y que tenía por objetivo «no solo expulsarlos de Birmania, sino también impedir su retorno».
Por su parte, la Unión Europea anunció que suspendía todo contacto con el jefe del Estado Mayor birmano y que «podría plantearse» imponer sanciones «si la situación no mejora».