Ciudad del Vaticano / AFP
El papa Francisco consideró que los dirigentes del mundo deben salvar la Amazonía, considerada como el pulmón del planeta, donde se juegan muchos intereses, según entrevista publicada el viernes por el diario italiano La Stampa.
La Amazonía, que abarca nueve países de Sudamérica, «es un lugar representativo y decisivo», explicó el papa latinoamericano.
«Junto con los océanos, contribuye determinantemente en la sobrevivencia del planeta», recordó el pontífice argentino, quien convocó para octubre un sínodo de obispos en el Vaticano sobre el tema.
Francisco denunció en la entrevista los verdaderos obstáculos que impiden la salvaguarda de ese enorme territorio amenazado por la deforestación, el agronegocio y la industria maderera.
«La amenaza de la vida de las poblaciones y del territorio deriva de intereses económicos y políticos de los sectores dominantes de la sociedad», resumió.
El Papa reconoció que lo que más teme de la degradación medioambiental es “la desaparición de la biodiversidad” y la aparición de “nuevas enfermedades letales”.
En definitiva, “una deriva y una devastación de la naturaleza que puedan llevar a la muerte a la humanidad”.
La reunión en el Vaticano es como «un ‘hijo’ de la Laudato si'», precisó el papa, al referirse a una de sus primeras encíclicas sobre la defensa de la naturaleza.
«No es una encíclica verde, es una encíclica social, que se basa en una realidad ‘verde’, la custodia de la Creación», añadió.
Durante la charla, el papa invitó a los líderes políticos a eliminar «los propios contubernios y corrupciones» para que se concentren en esos temas.
«Deben asumirse responsabilidades concretas, por ejemplo, sobre el tema de las minas al aire libre, que envenenan el agua provocando tantas enfermedades», afirmó Francisco, quien alertó también por «la cuestión de los fertilizantes».
Para el papa «gran parte del oxígeno que respiramos llega desde allá. Es por ello que la deforestación significa matar a la humanidad», añadió.
El papa calificó de «gravísima» la información de que «desde el 29 de julio nos acabamos todos los recursos que el planeta logra regenerar en un año».
«Es una situación de emergencia mundial», advirtió.
Francisco aclaró que el sínodo «será de urgencia», pero «no es una reunión de científicos o de políticos», sino que su «misión y dimensión» son «evangelizadoras».
Durante el sínodo se debatirá también sobre la posibilidad de ordenar como sacerdotes a hombres casados y mujeres para regiones remotas, como piden algunos sectores.
Francisco recalcó que ese «no es el tema más importante» del encuentro y dio a entender que su prioridad es lo que llama en los documentos «la ecología integral».