Ciudad del Vaticano/AFP
El papa Francisco imploró el “perdón de Dios” por los horrores cometidos por la Iglesia en el genocidio en Ruanda en 1994 durante un encuentro este lunes en el Vaticano con el presidente ruandés Paul Kagame.
“Imploro el perdón de Dios por los pecados y faltas de la Iglesia y de sus miembros, entre ellos sacerdotes, religiosos y religiosas, que cedieron al odio y a la violencia, traicionando su misión evangélica”, manifestó el papa al referirse al genocidio en Ruanda que hace 23 años dejó unos 800.000 muertos.
El papa, que se reunió por unos 20 minutos a puerta cerrada con el presidente de Ruanda, había ofrecido en el 2014 el apoyo de la iglesia católica a la reconciliación en Ruanda en ocasión de los 20 años de genocidio.
La masacre de casi un tercio de la población de Ruanda, la mayoría perteneciente a la minoría tutsi, fue perpetrada por la mayoría hutu en la total indiferencia del resto del mundo.
Ante el mandatario africano, el papa volvió a recordar, como lo había hecho en 2014, a las víctimas.
“Manifiesto el profundo dolor, de la Santa Sede y de toda la Iglesia, por el genocidio contra los tutsi y expreso solidaridad a las víctimas y a todos los que padecieron por esos trágicos eventos”, reiteró, según la nota divulgada por el Vaticano.
Francisco recordó también el gesto de Juan Pablo II durante el jubileo del año 2000 cuando por primera vez pidió perdón por los horrores cometidos por los miembros de la Iglesia en ese país africano.
La Iglesia Católica fue acusada en varias ocasiones de apoyar el régimen extremista hutu y de haber participado en las matanzas perpetradas en menos de 100 días.
Varios sacerdotes y monjas fueron juzgados por su participación en el genocidio, en particular por el Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR).
El 21 de noviembre pasado, la iglesia católica de Ruanda, en una carta firmada por los nueve obispos del país, pidió de nuevo perdón a nombre de todos los católicos que participaron en el genocidio.
Con ese “humilde gesto de reconocimiento de las faltas cometidas”, el papa argentino desea “contribuir a una ‘purificación de la memoria’ y promover con esperanza y renovada confianza un futuro de paz”, sostiene el comunicado.
La difícil reconciliación
El religioso más importante de la iglesia que fue juzgado por genocidio fue el difunto obispo Augustin Misago, quien fue absuelto y liberado de la prisión en junio de 2000.
Durante las conmemoraciones por el 20º aniversario en abril de 2014, Kagame acusó a la iglesia católica de haber “participado plenamente” en la difusión de la ideología colonial que generó la división entre hutus y tutsis y que llevó al genocidio.
El gobierno ruandés considera que el pedido de perdón local no es suficiente de cara a los crímenes cometidos.
La ministra de Relaciones Exteriores de Ruanda, Louise Mushikiwabo, quien acompañó a Kagame al Vaticano, recalcó a la prensa que la reunión se celebró en “un espíritu de apertura y respeto mutuo”.
Igualmente resaltó el papel actual de la iglesia al “facilitar” los esfuerzos para ayudar a los sobrevivientes y a los victimarios arrepentidos a vivir y trabajar unos al lado de otros, dijo.
La ministra advirtió que aún hay personas en la iglesia que protegen a los autores del genocidio.
“Hoy en día, la negación y la trivialización del genocidio continúan floreciendo en ciertos grupos dentro de la iglesia y varios sospechosos de genocidio han sido protegidos de la justicia dentro de las instituciones católicas”, aseguró.
Alrededor de la mitad de los ruandeses son católicos actualmente, la otra mitad recurrió tras el genocidio a las iglesias pentecostales.