Por Kelly Velásquez/Ciudad del Vaticano/AFP
El papa Francisco recibió este sábado por primera vez en el Vaticano al nuevo presidente de Argentina, Mauricio Macri, un encuentro de tono muy formal y frío durante el cual abordaron temas como pobreza, narcotráfico y reconciliación social.
Durante el encuentro fueron «abordados temas de mutuo interés, tales como la ayuda al desarrollo integral, el respeto a los derechos humanos, la lucha a la pobreza y al narcotráfico, la justicia, la paz y la reconciliación social», indicó en un comunicado el Vaticano.
La Santa Sede reconoció también «el buen estado de las relaciones bilaterales entre la Santa Sede y la República Argentina» así como la «positiva contribución» de las instituciones católicas argentinas a «la promoción humana» y «a la formación de las nuevas generaciones», recalca la nota.
«Fue un encuentro entre dos viejos conocidos», aseguró a la prensa por su parte el presidente argentino, líder de la alianza de centroderecha Cambiemos, quien fue alcalde de Buenos Aires (2007-2015) cuando el futuro papa ejercía como arzobispo de la capital.
El encuentro de 22 minutos de duración, relativamente breve con respecto a otras citas con mandatarios latinoamericanos, marca el inicio de una nueva etapa de las relaciones entre Argentina y la Santa Sede y entre el papa y Macri, que en el pasado tuvieron diferencias sobre temas sensibles, como aborto y unión entre personas del mismo sexo.
«Recorrimos una agenda sobre el momento que se vive en Argentina y lo que pasa en el mundo», añadió Macri, quien asumió el cargo en diciembre.
«Hablamos de la gran preocupación de unir a los argentinos y de otros temas que están en la agenda, como resolver los problemas de la pobreza y el narcotráfico», agregó el mandatario.
Los dos líderes hablaron también sobre uno de los grandes males de Argentina y de casi todos los países de la región, en particular la necesidad de generar «mayor inclusión social, de sanear las diferencias sociales», temas prioritarios del pontificado de Francisco.
Macri, que considera a Francisco «el argentino más importante de la historia del país», reconoció que espera el apoyo de la iglesia para «recuperar la cultura del trabajo» y mejorar «la educación pública».
El papa, quien en sus casi tres años de pontificado no ha visitado su país natal, reiteró a Macri que este año «no puede» viajar a Argentina.
«Va a ir lo antes posible», contó el mandatario.
Francisco, un gusto
Francisco recibió a Macri con un «buenos días señor presidente, ¿cómo le va?», en la puerta de su biblioteca privada, en el tercer piso del palacio apostólico, para el encuentro a puerta cerrada.
Por su parte el presidente respondió: ¿Cómo está Francisco, un gusto».
Al contrario de lo que ocurría con su predecesora, Cristina Kirchner, a la que el papa argentino solía recibir en la residencia privada papal, la Casa Santa Marta, la cita con Macri fue muy seria y formal, según constataron los periodistas presentes.
Al término del encuentro, el papa saludó uno por uno a la delegación de 10 personas que lo acompañaba, de la que forman parte entre otros la esposa del presidente, Juliana Awada, vestida de negro y con mantilla y la canciller, Susana Malcorra.
Sucesivamente se pasó al tradicional intercambio de regalos durante el cual el presidente Macri obsequió al papa un poncho de alpaca, una cruz de madera de Matará así como 12 discos compactos de música argentina, inclusive tango y chamamé.
Por su parte el papa le regaló la encíclica «Laudato si'» y la exhortación apostólica «Evangelii Gaudium», dos textos suyos y fundamentales para entender su pontificado.
Le entregó también el Medallón de la Paz, que lleva un árbol de olivo.
«Me gusta regalar este medallón a los jefes de Estado. Tiene dos ramos con algo en medio que lo separa, pero que termina luego por unirlos», le dijo.
El mandatario argentino fue recibido luego por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, todo según el tradicional protocolo vaticano.
El nuevo presidente argentino, que pasó sólo una noche en Roma ya que parte en la noche del sábado para Argentina, fue recibido por el primer ministro Matteo Renzi en la sede de gobierno y deberá almorzar con el presidente de la República, Sergio Mattarella, en el Palacio del Quirinale, sede de la presidencia.
Se trata de la segunda vez que Macri se reúne con Renzi, quien celebró a mediados de febrero una visita de dos días a Argentina para fortalecer vínculos comerciales.