Washington / AFP
Shaun Tandon
La insistencia del presidente Donald Trump en hablar de un «virus chino» tiene un oscuro precedente histórico para algunos asiático-estadounidenses, quienes dicen que la elección de esas palabras alimenta a veces un racismo latente.
Hablando diariamente sobre la pandemia, Trump ha llamado incesantemente al COVID-19 el «virus chino». Durante una rueda de prensa incluso un fotógrafo captó sus notas en donde tachó términos clínicos preferidos por los profesionales de la salud.
Los defensores de los asiático-estadounidenses dicen que ese lenguaje juega con los antiguos estereotipos hacia la comunidad como perpetuamente extranjeros y sucios, y señala, erróneamente, que las personas de una etnia son responsables de propagar enfermedades.
Si bien los incidentes en Estados Unidos parecen ser menores que en Europa, la policía de Nueva York dijo que un hombre persiguió y golpeó el mes pasado a una mujer asiática que llevaba una máscara protectora en el metro, llamándola «enferma».
El jueves, grupos de derechos civiles lanzaron un sitio para que los estadounidenses de origen asiático reporten crímenes sesgados relacionados con la pandemia para ver qué tan extendido se ha vuelto el problema.
La página web recibió 36 alegatos en sus primeras 24 horas, dijo Manjusha Kulkarni, directora ejecutiva del Asian Pacific Policy and Planning Council.
Destacó un incidente en el que un estudiante de una escuela secundaria en el área de Los Ángeles golpeó a un compañero de clase asiático-americano en la cabeza unas 20 veces, acusándolo de portar el coronavirus y diciéndole que «volviera» a China.
Kulkarni asegura que la violencia es parte de una historia más amplia en Estados Unidos que se remonta al «peligro amarillo», cuando las sospechas sobre los asiáticos llevaron a Estados Unidos a prohibir toda la inmigración china en 1882.
«Definitivamente creo que empeorará, en parte debido al esfuerzo implacable del presidente para convertir el odio en un arma contra las comunidades», dijo Kulkarni.
«Se comporta como un pequeño matón. Pero eso viene con un tremendo poder. La gente lo escucha», dijo.
– Atrapado en las tensiones entre EEUU y China –
Trump llegó al poder mediante promesas de mantener alejados a los inmigrantes latinoamericanos y musulmanes, pero ha señalado que su intención al decir «virus chino» tiene una razón geopolítica.
«No es para nada racista», dijo en una conferencia de prensa. «Viene de China. Quiero ser preciso».
Las tensiones entre Estados Unidos y China se han incrementado y Trump expresó su enojo por un funcionario de Pekín que promovió una teoría conspirativa afirmando que el ejército estadounidense trajo el virus a Wuhan, donde se informaron casos por primera vez.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China acusó a Trump de desviar la culpa sobre su propia respuesta a la pandemia.
Frank H. Wu, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de California, reconoció que las enfermedades recibieron durante mucho tiempo nombres geográficos y dijo que era justo criticar las acciones de Pekín.
Pero subrayó que «lo importante aquí no es la intención. Son las consecuencias. Y estas palabras importan, porque este es un momento de estrés increíble».
Agregó que los estadounidenses de origen asiático han estado asociados durante mucho tiempo con la suciedad, destacando las percepciones contemporáneas de los restaurantes chinos.
«La limpieza siempre ha sido una metáfora de si eres una persona moralmente merecedora, buena y parte de una buena comunidad», dijo.
«Entonces, esto no se trata solo de la enfermedad y la fuente de la enfermedad. Es un simbolismo mucho mayor».
– Culpando a los chinos de la peste –
En el pasado, los asiático-estadounidenses ya habían sufrido discriminación relacionada con enfermedades, como cuando las autoridades en 1900 cerraron Chinatown en San Francisco para contrarrestar la peste bubónica.
Charles McClain, académico de la facultad de Derecho de la Universidad de California, Berkeley, que escribió un libro sobre los esfuerzos contra la discriminación, dijo que los profesionales médicos de la época concluyeron que los asiáticos eran más susceptibles a la peste.
«Era un área muy concurrida», dijo sobre el barrio chino de San Francisco. «No creo que haya sido peor allí que en cualquier otra parte de la ciudad. Pero hubo este tipo de estereotipo que jugó un papel importante en la formación de opinión».
San Francisco finalmente se vio obligado a poner fin a la cuarentena obligatoria de Chinatown después de que un tribunal acordó que las autoridades debían demostrar que los chinos estadounidenses tenían más probabilidades de infectarse.
Si bien ningún funcionario de Estados Unidos sugiere que los estadounidenses de origen chino estén propagando el coronavirus, los estadounidenses de origen asiático han tenido que soportar el peso de las tensiones internacionales.
Estados Unidos detuvo a 120,000 japoneses estadounidenses en campamentos durante la Segunda Guerra Mundial, ya que cuestionaban su lealtad.
Wu dijo que los asiático-americanos aún luchan por no ser identificados como extranjeros.
«Puedes ser un cristiano asimilado de habla inglesa que nunca ha estado en China y tiene altos estándares sanitarios. La gente aún te asocia de alguna manera con la suciedad y la enfermedad».