Francisco Américo Mejía
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ecientemente el Dr. Olivo, presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) decía que el sistema electoral de El Salvador se ha convertido en el sistema electoral más complejo del mundo, sin embargo no somos la sociedad más culta del mundo, nuestro grado de escolaridad en 2013 era de 6.6 años (Honduras reportó el 7.8 para el 2015 y Costa Rica 9.1 en el 2013); también el Dr. Olivo relataba que hizo un simulacro en el cual invitó a una asociación de abogados y estos precisamente no pudieron sumar para obtener los resultados de la Junta Receptora de Votos simulada, y además se confundieron en los mecanismos para llenar las cerca de 14 actas que involucra el proceso electoral salvadoreño. Esta medida, la de votar cruzado y tantas veces como el ciudadano guste, la tomó la Sala de lo Constitucional, lo que ha logrado complejizar el proceso electoral, lo que tiene varias consecuencias: la primera es que hoy los ciudadanos que forman la Junta Receptora de Votos (JRV) no saben quién gana en su mesa, y la supuesta transparencia se convierte en opacidad.
Realmente la ciudadanía no puede decir o cuestionar cómo ganó un fulano de tal, si en las mesas de todo su centro perdió; hay que confiar que un sistema tecnológico, supuestamente sin ningún vicio, es el que garantiza la honestidad y quien dice quien ganó en cada JRV y obtuvo el cargo, la transparencia se relega a la tecnología bajo el principio de que supuestamente la tecnología es honesta y garantiza la transparencia y que no puede ser vulnerada por ningún pirata informático, pese a que tenemos noticias todos los días, que aun los sistemas informáticos de las grandes agencias de inteligencia de los países más poderosos del mundo, son vulnerados y se corre la voz que mucha información es falseada, es alterada.
Sin embargo no es la única extravagancia del sistema electoral de nuestro país, se vende la idea de que la persona al votar por la foto, sabe por quién realmente está votando, lo que es totalmente una falacia y lo que sí se logra con esto es que las personas que aparecen frecuentemente por los canales de televisión, algunos todos los días, en los medios de comunicación dominantes, estos son los que el gran público conoce, los demás ciudadanos candidatos son totalmente desconocidos y, aún los mismos simpatizantes de un partido político no conocen la fotografía de todos sus candidatos, que para el caso de San Salvador son 24 curules. Observe que algunas personas que no están en el entablado político están apareciendo frecuentemente por los canales de televisión, donando becas, repartiendo alimentos, apoyando programas deportivos, etc. es decir están haciendo imagen pública, lo que evidentemente pueden hacerlo, solo los que tienen grandes recursos económicos o, son amigos de los dueños de los medios de comunicación hegemónicos.
Por otro lado, el Dr. Olivo también manifestó el temor de que la Sala de lo Constitucional declare inconstitucional la próxima elección de los diputados suplentes ya que solo aparece su nombre y no la foto; la razón de que solo aparezca la foto, aún antes del recorte presupuestario, es que la papeleta se volvía aún mucho más compleja.
En el reciente acto de instituciones electorales del mundo que se reunieron en nuestro país (V Reunión del Comité Ejecutivo de la Asociación Mundial de Organismos Electorales) varios miembros de estos organismos se tomaron fotografías con nuestra papeleta electoral (la del pasado evento) porque decían que si lo contaban en su respectivo país, no se lo creerían; esta es la primera paradoja (o ¿disparate?).
La segunda paradoja es que el costo de las elecciones en nuestro país es cada vez es más alto y entramos al club de los países de mayor costo en el proceso electoral, pese a que el país pasa por dificultades económicas (como la mayoría de países dependientes, pero el nuestro agudizado por la política de estrangulamiento al gobierno por parte de la ultraderecha). Si echamos una revista a los costos por voto de algunos países vamos a ver que los países de bajo costo no pasan de tres dólares (Costa Rica 1.8, Brasil 2.3), los de costo medio andan por seis dólares (Ejemplo México 5.9, Rusia 7.1). En nuestro país, con las exigencias de la Sala de lo Constitucional, entramos al club de los países con el costo más alto por voto; recordemos que el Tribunal Supremo Electoral estaba pidiendo prácticamente 40 millones (esto arroja ya un costo por voto de 8,7, considerando todo el padrón) si sumamos la deuda política, nuestro sistema electoral pasa a más de $13 por voto. Las recientes elecciones en Francia, incluyendo todos los costos fueron de 6.6 dólares; recordemos que tampoco somos el país más rico del mundo para tener un sistema electoral tan caro. Estas paradojas se deben al criterio y a las visiones de democracia que tiene un grupo de cuatro elegidos “iluminados”, que son apoyados por la oligarquía y un grupo de plañideras que escriben y hablan por los medios de comunicación semana a semana.
“Hasta cuando Catilina abusarás de nuestra paciencia”1.
1 Estas palabras fueron pronunciadas delante del Senado romano el 8 de noviembre de 63 a. C. Aquí fue cuando Cicerón dio a conocer la conjura que preparaba Catilina para hacerse con el poder absoluto.