Sin transportación, actividad comercial, servicios administrativos u otros, manifestantes tomaron las calles desde el amanecer con barricadas de neumáticos y bloqueos de carreteras, pese a la fuerte presencia policial.
En algunas zonas más populares de Puerto Príncipe se reportan quema de pequeños negocios, así como el cierre de los accesos norte y sur de la ciudad, usualmente controlados por bandas armadas.
Las manifestaciones se registran, además, en localidades como Gonaïves, Saint-Marc, Miragoâne, Hinche y otras, y critican el aumento de la pobreza, disminución del poder adquisitivo, falta de empleo y acceso a servicios básicos como la salud y la educación.
De acuerdo con plataformas hostiles como el Sector Democrático y Popular, Pitit Dessalines, Fanmi Lavalas,y Haití en Acción, las protestas marcarán la ronda final contra el gobierno, al que culpan de exacerbar la crisis sociopolítica y económica del país.
No obstante, la víspera Moïse aseguró en su cuenta en Twitter, que la plataforma multirreligiosa, Religiones por la Paz, servirá de intermediaria para el diálogo entre los diversos sectores, que permita abordar la actual situación y proponer estrategias.
Sus detractores señalan que en el último año el mandatario prometió varias veces un diálogo nacional, y critican su falta de ‘legitimidad’, para reunir a las fuerzas vivas de la nación.
A pesar del complejo escenario, Moïse aseguró en su reciente discurso a la nación que no huirá de sus responsabilidades, y acusó a instituciones como el Parlamento, de su incapacidad de dotar al país de un Gobierno legítimo que haga frente a los problemas urgentes.