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Un total de 170 diputados, de los 346 presentes en el Parlamento, votaron en contra, mientras otros 52 se abstuvieron, la mayoría procedentes del grupo parlamentario de izquierda Unidas Podemos (UP), considerado por el PSOE como su socio preferente.
Tal y como se anticipaba, Sánchez apenas logró el respaldo de los 123 escaños de su agrupación y uno del Partido Regionalista de Cantabria.
Los partidos Popular (conservador), Ciudadanos (liberal) y Vox (ultraderecha) se decantaron por impugnar la candidatura del socialista, vencedor de las elecciones generales del pasado 28 de abril, pero sin la hegemonía necesaria para gobernar en solitario.
También sumó los votos negativos de los partidos independentistas catalanes Esquerra Republicana de Cataluña y Junts per Catalunya y de otras formaciones menores de corte conservador.
Tras este primer revés, el secretario general del PSOE deberá someterse el próximo jueves a una segunda votación, en la que sólo necesitaría la mayoría simple, es decir, más votos a favor que en contra.
La posibilidad de que su investidura fructifique en ese segundo intento dependerá de la capacidad del mandatario saliente de cerrar un complicado acuerdo con Unidas Podemos, en lo que podría convertirse en el primer Gobierno de coalición en este país europeo.
Con la abstención de sus 42 diputados en la primera ronda de este martes, UP dejó una puerta abierta para seguir negociando de cara a apoyar la reelección de Sánchez, quien finalmente desistió a su pretensión de imponer un Ejecutivo monocolor.
Aunque accedió a compartir el poder con UP -alianza entre Izquierda Unida, Podemos y sus confluencias territoriales- el socialdemócrata hizo una oferta que no complació a su potencial acompañante en la Moncloa.
La ambigüedad del gobernante en funciones sobre su real disposición a formar un Gobierno de coalición generó la víspera duros reproches del máximo dirigente de Unidas Podemos, Pablo Iglesias.
El acuerdo se resiste ante la cuestión de qué peso tendrá el grupo parlamentario izquierdista en esa hipotética administración conjunta.
Iglesias emplazó a Sánchez a respetar a los 3,7 millones de votantes de su partido y que no les propongan ‘ser un mero decorado en su Gobierno porque eso no lo podemos aceptar. Solo le pedimos respeto y reciprocidad’, advirtió.
En caso de que su designación fracasará también el jueves, Sánchez tendría aún hasta el 23 de septiembre para intentar ser investido.
Si en esa fecha persistiera el bloqueo, se convocarían automáticamente nuevos comicios legislativos el 10 de noviembre, que serían los cuartos en cuatro años.
