TELESUR
El parlamento portugués legalizó la muerte asistida médicamente, lo que deja el texto en manos del presidente, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, que tiene la última palabra antes de la promulgación definitiva.
La normativa detalla que toda persona residente en Portugal, mayor de 18 años, sin problemas o enfermedades mentales, en situaciones de sufrimiento y con enfermedades incurables pueden solicitar la eutanasia.
A pesar de los intentos de aplazar la discusión, el debate resultó en 136 votos a favor, 78 en contra y 4 abstenciones.
Comunistas, extrema derecha y centro derecha votaron en contra. Al igual que 56 diputados socialdemócratas y diez del partido Socialista en el Gobierno
Si De Sousa da su visto bueno, Portugal, de mayoría católica, se convertiría en el cuarto país europeo y el séptimo del mundo en despenalizar la muerte asistida.
El país aplicaba hasta ahora penas de entre uno y ocho años de cárcel por ayudar a morir a una persona.
Un gran número de organizaciones conservadoras y católicas han promovido movilizaciones en contra y han hecho un llamamiento al jefe de Estado para que la bloquee.