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En medio de la urbe citadina y rodeada de una jungla automovilística, troche no rx la capital salvadoreña resguarda un tesoro arquitectónico que ha sido testigo del paso del tiempo y del desarrollo de la ciudad.
Situada sobre el bulevar Venezuela, la parroquia Nuestra Señora de Candelaria es el ícono religioso del barrio del mismo nombre. Durante décadas ha acogido a feligreses que veneran a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Candelaria.
La festividad que se celebra cada 2 de febrero se remonta al momento en que Jesucristo fue presentado al templo de Jerusalén, según narran los evangelios. El nombre deriva de la candela que sostiene con la mano derecha la imagen de la Virgen María ya que representa la luz del niño Jesús a quien sostiene con la otra mano.
El paso del tiempo ha dañado considerablemente la edificación. Las vigas de madera del campanario y la cúpula han sucumbido ante los años y las campanas que anunciaban las misas han cesado el sonido. El reloj de la torre central dejó de marcar el tiempo hace años y algunas piezas de las puertas se han dañado por completo.
Ante esto los feligreses y el párroco Fernando José Díaz piden a la Dirección de Patrimonio Cultural que colabore en la reparación de las partes dañadas del templo, así como a la autoridades edilicias de San Salvador brinden apoyo para llevar a cabo las festividades de la patrona de este importante barrio.
La primera parroquia Nuestra Señora de Candelaria fue inaugurada en 1816 siendo un lugar de culto en el barrio Candelaria. Ha sufrido varios desastres como terremotos e inundaciones, en 1873 un sismo destruyó la primera edificación por completo, sin embargo se reconstruye de nuevo y es terminada en 1879.
Su construcción denota un estilo neoclásico, romántico y neobarroco, construida con lámina, madera y artesón invertido, un estilo importado de Europa.
Posteriormente se dio la inundación del 12 de junio de 1922, el caudal del río Acelhuate se desbordó e inundó la edificación hasta asta una altura de 1.50 mts. destruyendo los barrios de Candelaria, La Vega, El Calvario y San Jacinto, matando a decenas de sus pobladores y en homenaje a las victimas se alzó una cruz conmemorativa en el jardín que se localiza costado sur poniente de la iglesia.
La inseguridad también ha golpeado no solo a la parroquia sino también a la festividad. La feligresía ha disminuido debido al temor o a la inseguridad de algunas zonas aledañas a la parroquia. Además muchos vecinos han dejado el barrio y este se ha convertido en una zona comercial con tránsito de muchos vehículos.
“Siempre viene mucha feligresía a la fiesta de la Virgen. Por la inseguridad la fiesta ha cambiado pero los vecinos del barrio siempre mantienen la fe y la alegría el propio día de la Virgen”
Expresa Edilberto Rosales, colaborador y habitante del barrio por más de cuarenta años.
En 1978 la Dirección de Patrimonio Cultural gestionó ante la Asamblea Legislativa para que dicho inmueble se declarara Monumento Nacional debido su importancia histórica y a la belleza en forma de detalles
Este año un grupo de colaboradores entre jóvenes y adultos han trabajado por dar más realce a la festividad.
El pasado domingo se realizó la procesión de la virgen, se contó con presentaciones artísticas y grupos de alabanza. Este día se llevó a cabo la misa patronal y una serenata especial a la Virgen.
“Que le pidan a la Virgen de Candelario para que ella interceda ante Dios por todos. Que mantengan su fe y primero Dios logremos reparar el templo“, expresa Fernando José Díaz quien ha sido sacerdote de la parroquia por 39 años y espera que las autoridades de patrimonio cultural escuchen las peticiones para reparar los daños del templo.
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