Yanuario Gómez
@DiarioCoLatino
Doña Silvia Arteaga es una mujer de 65 años y de muy escasos recursos, quién por cosas de la vida nunca pudo tener un empleo formal, su oficio, el comercio ambulante, el cual ejerce desde que tenía quince años de edad le permitió salir adelante y ayudar a sus hijos a estudiar.
“ Yo vendo churros de leche desde hace 50 años, con eso me crié y ya siendo madre saqué a mis hijos adelante y les di estudio, mi hija se graduó de Lic. en Parvularia y el varón es bachiller en mecánica”, comentó doña Silvia.
Su calidad de vendedora informal no le permitía acceder a créditos para vivienda, ya que no contaba con un empleo fijo, lo que la llevó en 1980 a solicitar la ayuda de un hermano que trabajaba en una fábrica para obtener una casa.
“Mi hermano me dijo que podía sacar la casa a su nombre, pero que yo la pagara y así hice, luego de veinte años pagando, cuando terminé de cancelar las cuotas de la vivienda, mi hermano me sacó de ahí, me dijo que estaba a su nombre y que me fuera, que era suya”, afirmó la entrevistada.
Luego, doña Silvia tuvo que buscar donde vivir con sus dos hijos, fue así como llegó a la colonia La Campanera donde como ella lo manifiesta “usurpó” una vivienda que se encontraba abandonada, la misma que desde hace dieciséis años es su hogar.
“Es feo vivir en lo que no es de uno, cada vez que venían las autoridades a hacer revisiones de las casas que estaban usurpadas, yo vivía con el miedo a que me sacarán, pensando como iba a hacer para hallar donde vivir”, recuerda Arteaga.
Con la creación del programa Vivienda Social del Fondo Social para la Vivienda (FSV) mediante el cual la institución se encarga de habilitar y reparar casas que se encuentran abandonadas o usurpadas para brindar una solución habitacional en condiciones favorables a familias de escasos recursos que, en condiciones normales, no pueden acceder a una vivienda digna, personas como doña Silvia pueden reavivar sus esperanzas de tener casa propia.
“Ahora yo me siento feliz porque gracias al Fondo y al gobierno la casa que usurpé durante largo tiempo va a ser mía, tuve que esperar cinco años más para que saliera a la venta, pero ahora me resolvieron rápido, me la repararon y por fin cumpliré mi sueño de tener mi casa, me siento muy feliz”, dijo doña Silvia, mientras en su rostro se dibuja una sonrisa de felicidad.
El proyecto impulsado por el FSV también contempla un sub programa destinado a facilitar a los jóvenes el accedo a vivienda digna denominado “Casa Joven”. Con esta iniciativa, jóvenes de entre los 18 a 25 años de edad tendrán la oportunidad de poseer su casa. Isaí Martínez, de 24 años de edad, quien labora como encargado de un Car Wash, es uno de los beneficiados con este programa. El joven tenía cinco años de estar buscando la forma de acceder a una vivienda para él, su esposa y su pequeña hija, lo que por su condición de empleado informal era muy difícil, según manifiesta. “Desde que tenía veinte años y me acompañé, he andado visitando lugares donde ofrecen casas con financiamiento pero tanto, por mi problema de no tener trabajo fijo porque piden salarios altos para poder calificar, no había podido hacerme de una vivienda, ahora con esta iniciativa del fondo voy a poder ofrecerle un hogar a mi familia”, dijo Martínez.
El joven padre de familia se mostró agradecido con el FSV por echar a andar este proyecto que vendrá a beneficiar a muchos que como él ansían tener su propia casa.
“Doy gracias al Gobierno por esa buena opción, porque cuando en otros tiempos una institución había permitido que personas de bajos recursos como yo tuviéramos acceso a casa propia y así contribuir a mejorar las condiciones de vida de nuestras familias, esto significa un impulso para mí, para seguir adelante, doy gracias al presidente por ello”, expresó Martínez.
Según el Fondo Social Vivienda son más de 3 mil las viviendas disponibles para quienes apliquen al programa Vivienda Social.
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