Madrid / Prensa Latina
El líder de Unidas Podemos (UP), Pablo Iglesias, renunció el viernes a entrar en un futuro gabinete si ello facilita la formación de un Gobierno de coalición con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
‘No debo ser la excusa del PSOE para que no haya un Gobierno de coalición de izquierdas’, afirmó en Twitter el también secretario general de la agrupación antiausteridad Podemos, cuarta fuerza política en este país europeo.
‘Estar o no en el Consejo de Ministros no será un problema siempre y cuando no haya más vetos y la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno sea proporcional a los votos’, enfatizó Iglesias en su cuenta de esa red social.
En un vídeo colgado también en Twitter, el político izquierdista ratificó su decisión de dar un paso al costado en aras de que no se presenten más excusas para la constitución de ese Ejecutivo entre UP y la centenaria organización socialdemócrata.
A cambio de echarse a un lado, exigió a su par del PSOE y candidato a la reelección, Pedro Sánchez, la potestad de elegir a las personas de su partido que integrarán esa hipotética administración conjunta.
Con su propuesta, Iglesias responde al desafío planteado la víspera por Sánchez, quien en una entrevista televisiva aseguró que ‘el principal escollo’ para un Gobierno de coalición era la presencia en el mismo del máximo dirigente de la izquierda española.
‘España necesita ya un Gobierno de coalición de izquierdas. El PSOE dice que el único escollo que evita ese gobierno soy yo’, recordó en el vídeo difundido en las redes sociales.
He estado reflexionando estos días y no voy a ser la excusa para que los socialistas eviten ese Ejecutivo, zanjó.
Los socialdemócratas fueron la lista más votada en las elecciones generales del pasado 28 de abril al conseguir 123 de los 350 escaños en el Congreso de los Diputados, pero se quedaron lejos de la mayoría absoluta (176 asientos) para formar un gabinete en solitario.
Para garantizar su permanencia en el poder, Sánchez debe obtener el respaldo de 176 diputados o más en la primera votación de la sesión de investidura, programada para el venidero martes.
De no lograrlo, la Cámara Baja celebrará dos días después (el jueves 25 de julio) un segundo sufragio, en el que el aspirante a la presidencia apenas requiere una mayoría simple, es decir, más votos a favor que en contra.
De ahí que precise del apoyo de UP (42 escaños) y de otras fuerzas regionales para mantenerse otros cuatro años en el gubernamental Palacio de la Moncloa, después de que las dos principales formaciones de la derecha descartaron avalar su investidura.
Si antes del 23 de septiembre no hay un nuevo Gobierno, se convocarían automáticamente nuevos comicios en noviembre, que serían los cuartos en cuatro años.