Gloria Silvia Orellana
Joaquín Salazar
@RedaccionDiarioCoLatino
En su primer aniversario como Santo reconocido por la Iglesia Católica, y por su trigésima novena conmemoración de su muerte martirial, su mensaje pastoral mantiene vigencia en las reinvindicaciones de los derechos humanos del pueblo salvadoreño, quienes ofrendaron este fin de semana testimonios, peregrinaciones, misas y expresiones artísticas.
Juan Gavidia, miembro de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBES), las que jugaron un papel importante en las décadas de los años setenta y ochenta, rindió un tributo al Obispo profeta, que les acompaño en momentos difíciles para la comunidad y la Iglesia, por la violencia ejercida desde el Estado.
“Cuando fui al centro Isidro Menéndez (Medicina Legal), encontré solo a las ambulancias donde fueron trasladados los cadáveres del Padre Octavio y cuatro jóvenes que estaban en la casa de retiro El Despertar. Monseñor Romero, llegó también en ese momento y se quedó viendo toda esa sangre; esa barbarie. Cuando el vigilante lo mandó al cementerio general, porque allí estaban los cuerpos, Monseñor Romero me pidió que lo acompañara y llegamos al cementerio, la escena era dolorosa, pero a la vez había esperanza, porque ante esa situación nuestro Santo Monseñor Romero, iba creciendo su amor para proteger a su rebaño y así fue, como ofrendo su vida, pidiendo justicia y paz”, compartió con la Comunidad de la Cripta de Catedral. La música no fue la excepción, coros de las parroquias de Soyapango, Apopa, San Antonio Abad y grupos independientes realizaron una muestra cultural. Así como, Cultura Romeriana, abrió sus puertas en su primera experiencia a una muestra fotográfica en combinación con el Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI), que presentó una serie de imágenes de Monseñor Romero, con su familia y en su pastoral.
“Por primera vez, con todo derecho le llamamos San Oscar Romero”, dijo el Cardenal Gregorio Rosa Chávez, al presentarse en la Cripta de Catedral, el sábado por la mañana, previo a la misa solemne que diera el Arzobispado de San Salvador, en el aniversario del profeta mártir.
“Este es un día (sábado 23), muy especial, porque en la misa de esta noche estarán todos los Obispos y esto nunca había pasado antes, hasta el Nuncio y el Arzobispo, o sea esta es otra etapa, en que la Monseñor Romero, entra de lleno en nuestra historia, para que sepamos quien es, lo tratemos de imitar y lo invoquemos, para lograr lo que tanto queremos en el país”, sostuvo el prelado católico.
Posteriormente, en horas de la noche las calles de la capital fueron tomadas por la juventud católica en la “Peregrinación de La Luz”, de 17 vicarías de los departamentos de: La Libertad, San Salvador y
Cuscatlán. Así como los “romerianos”, procedentes de diversos puntos del país y delegaciones extranjeras, explicó Padre Santos Belisario, director de la Pastoral Juvenil Arquidiocesana.
“Este año hemos querido tocar tres ejes importantes: Martirio, Eucaristía y la Misión, en el marco de la conmemoración del 39 aniversario y el mensaje para los jóvenes, que son nuestra punta de lanza, es el legado de santidad de Monseñor Romero, su profetismo y su defensa a la justicia y la verdad, porque queremos que los jóvenes comiencen a ser protagonistas de una nueva historia para nuestro país”, afirmó.
La Peregrinación de La Luz, como símbolo purificador e iluminador del camino a Jesucristo, fue enarbolado por una multitud de jóvenes que se dieron cita en la plaza Salvador del Mundo hacia Cripta de Catedral.
“Monseñor Romero, hubiese tenido la misma postura que el Papa Francisco con el tema agua, que es un derecho humano, porque no es una mercancía. Por tanto, no tiene ningún sentido privatizarla y creo que esa lucha (social) se va a ganar”, dijo el Cardenal Gregorio Rosa Chávez, al recordar la vigencia de la pastoral de San Oscar Romero.
William Iraheta, obispo de Santiago de María, ofició la misa tras la peregrinación de la Luz que llegó hasta Catedral Metropolitana, lugar donde la feligresía celebró la vida del Santo salvadoreño.
Iraheta, dijo en su homilía que existen intereses de las fuerzas políticas para privatizar el agua ya que insisten en dar paso a un proceso privatizador, por lo que el pueblo debe estar atento. “No debemos de equivocarnos, ni confiarnos. La injusticia está incrustada en las diferentes instituciones, que se han dedicado a proteger los derechos de sus dueños”, acotó.
De igual manera, el sacerdote criticó que la justicia salvadoreña no perdona al pobre que roba una gallina, pero protege a quien roba millones de dólares del Estado.
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