Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
“El pato chancho era una ave migratoria que se quedó en el país desde hace diez o doce años”, explicó Manuel Menjívar, de las comunidades de pescadores del Complejo Embalse del Cerrón Grande, que es uno de los siete humedales declarados por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), con el objetivo de proteger su ecosistema.
El nombre de “pato chancho” que le ha dado la población se debe al graznido casi gutural que emite el ave, semejante al gruñido del cerdo. Realmente se trata del Cormorán neotropical (Phalacrocorax brasilianus) una especie de aves acuáticas invasoras de los humedales de El Salvador.
Las cifras de las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) dan cuenta que han registrado alrededor de 30 mil ejemplares en la zona. Los que consumen en promedio 0.51 kilogramos diarios de pescado, y que sus piezas más comunes son el guapote y la tilapia, lo que genera crisis económica en la comunidad pesquera.
“El pato chancho es como una peste, un invasor, que se come los peces que nosotros solemos pescar. Hace sus necesidades en el agua y luego llega el pez a comer y es como una especie de trampa(…) porque cuando están agrupados, los peces, cae en el agua para pescarlos y los que se salvan llevan la contaminación ya dentro de sus intestinos y se llenan de parásitos, a veces nosotros los pescamos y tienen ya parásitos”, afirmó Menjívar.
El pato chancho, según datos de FIAES, también se ha adaptado para pescar en grupo y reproducirse en colonias y el incremento de la especie ha terminado por convertirse en una especie de “plaga”, expresó Jorge Oviedo, director ejecutivo del Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador, que junto a organizaciones sociales y la comunidad del embalse del Cerrón Grande, lanzaron una serie de proyectos con el objetivo de intervenir y enfocar la restauración del ecosistema.
“Llegó hace unos diez o doce años a este lugar, antes no había, era una de las aves migratorias y cuando entraba el invierno aquí se iban pero este se quedó a vivir aquí, y hasta le quita puesto a los pichiches, pelícanos, el pato canadiense que le decimos, que son aves que emigran cuando entran las lluvias”, afirmó Menjívar.
FIAES ha invertido en una investigación para el control de la especie y tomar medidas de control poblacional porque afecta a la comunidad de pescadores, porque el pato chancho se desplaza, además, entre los embalses de la represa 5 de Noviembre y 15 de Septiembre, generando escasez de especies.
“Con el sector pesquero es difícil, pero para el turista está bien, porque la gente observa las aves volando y las colonias, y le gusta disfrutar la naturaleza, aunque no saben del problema para las tres mil familias que vivimos de la pesca, de toda la gente que vive de la pesca en algunos municipios de Cuscatlán, Cabañas, Chalatenango y San Salvador”, puntualizó.
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