En el aniversario 85 de la muerte del joven comunista Rubén Martínez Villena, Granma ofrece fragmentos de textos que recogen el pensamiento de uno de los más extraordinarios revolucionarios e intelectuales cubanos
Autor: Rubén Martínez Villena | [email protected]
Un grupo de jóvenes cubanos ha realizado ayer en el salón de la Academia de Ciencias un acto cívico de protesta. Nosotros, los firmantes, nos sentimos honrados y satisfechos por habernos tocado en suerte iniciar un movimiento que patentiza una reacción contra aquellos gobernantes conculcadores, expoliadores, inmorales, que tienden con sus actos a realizar el envilecimiento de la Patria.
Ante lo ocurrido ayer en la Academia de Ciencias, declaramos: (…) Que por este medio solicitamos el apoyo y la adhesión de todo el que, sintiéndose indignado contra los que maltratan la República, piense con nosotros y estime que es llegada la hora de reaccionar vigorosamente y de castigar de alguna manera a los gobernantes delincuentes.
(La Protesta de los trece. Manifiesto).
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Hora es ya de consolidar la obra que una época de transición forzosamente incolora ha puesto en peligro. Hora es de tener Patria de verdad, bien cimentada y fuerte y coherente, sin más obligaciones que las que impone la gratitud, y cuyo cumplimiento no reclamará ningún pueblo grande a otro pueblo grande que sepa en qué circunstancia y medida debe cumplirse. (…) Patria no es ausencia de arrepentimiento y de dolor; y cosecha abundante (para que nos la compren al precio que nos quieran dar), y constitución con apéndice mal entendido, y cargos públicos desempeñados por ineptos, y política de lodo, y vivir desconociendo y desmintiendo la propia historia noble para befa de los extraños, todo bajo la protección de la bandera que cobijó la agonía de los que la alzaron. No. Patria no es estómago contento y conciencia muerta.
¡Patria es independencia política y funcionamiento ordenado del mecanismo estatal; hogar honrado y gobierno virtuoso (…) y conciencia ciudadana limpia! (Baire, 24 de febrero 1895-1923)
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Estamos aquí para tributar el homenaje merecido a Julio Antonio Mella(…). Pero no estamos solo aquí para rendir ese tributo a sus merecimientos excepcionales. Estamos aquí, sobre todo, porque tenemos el deber de imitarlo, de seguir sus impulsos, de vibrar al calor de su generoso corazón revolucionario. Para eso estamos aquí, camaradas, para rendirle de esa manera a Mella el único homenaje que le hubiera sido grato: el de hacer buena su caída por la redención de los oprimidos con nuestro propósito de caer también si fuera necesario…
(Últimas palabras en público en el recibimiento de las cenizas de Mella)
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Cuba para los cubanos, Argentina para los argentinos, América para los americanos: he aquí el principio estrecho, arcaico y raquítico de los primeros ocupantes egoístas. Este caerá al impulso de los revolucionarios de América, o por un ataque exterminador, tanto más violento cuanto más contenido, de las viejas y depauperadas sociedades que se niegan a perecer de hambre frente al festín de América.
Laboremos sin tregua por la unión de los pueblos de nuestra raza para el bien y la felicidad del mundo: solo los ciegos o aquellos cuya mirada no rebase los límites de un siglo nos llamarán extraviados. (Cuba para la humanidad).