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Gloria Silvia Orellana
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María Teresa Alfaro, integrante de la Comunidad de la Cripta de Catedral, recordó la enseñanza de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, retomando la Homilía pronunciada el 17 de septiembre de 1978, que tituló “La Iglesia Comunidad de Amor”. Al reiterar la pastoral del primer santo de El Salvador, Alfaro, señaló este domingo 24o del Tiempo Ordinario, en el marco de los 202 años del aniversario de la independencia, escribió sobre la desigualdad social.
“Monseñor Romero vio que la forma superficial de celebrar las fiestas patrias, no dejaba ver la tragedia de los pueblos llamados independientes, que sufren ante el impedimento de su autonomía y libre determinación”, expresó.
En la Homilía la Iglesia Comunidad de Amor , agregó Alfaro, Monseñor Romero, dentro de esa lluvia de palabras que Dios le regalaba, había expresado su preocupación por la violencia que rodeaba a la población salvadoreña.
Monseñor Romero dijo, citó Alfaro: “Hermanos celebremos la eucaristía hoy con una gran petición, y digamos Señor mira nuestros pueblos desangrándose, mira las divisiones dentro de nuestra iglesia. Y mira Señor cuanto crimen, cuanta violencia a nuestro alrededor. Queremos ser la Iglesia Comunidad de Amor”.
“Que nada apague este fuego Señor y que tú quisiste encender y se encenderá cada día, cuando te miremos clavado en la cruz y en tu compresión de brazos abiertos sepamos perdonar, sepamos amar, sepamos abrazar a todos los hombres”, reiteró del mensaje de Monseñor Romero.
En cuanto al perdón, Alfaro explicó que el Evangelio escogido por Monseñor Romero habla del perdón de los cristianos a sus semejantes, donde llamó a la reflexión y revisar si como fieles católicos eran capaces de vivir sin odios o violencia.
“Monseñor Romero nos dice que perdonemos no 7 veces, sino hasta 70 veces 7, nos dice que revisemos todos nuestros actos y revisemos si realmente perdonamos. Porque no podemos estar rezando el Padre Nuestro, cuando en nuestro corazón hay rencor, odio, envidia, caprichos y enojos. Y nos dice Hermanos revisemos nuestros corazones y veamos si perdonamos como el Padre nos perdona, porque sólo así podemos encontrar la verdadera paz”, explicó Alfaro.
Monseñor Romero “es el perfecto seguidor de Cristo, porque vivió y murió por él”, aseveró Alfaro, lo que significa un gran ejemplo para la iglesia católica y los fieles cristianos.
