Por Patrick Baert
Pekín/AFP
Pekín envía a su emisario de mayor rango a Estados Unidos, un viaje que pone en evidencia las crecientes tensiones entre ambos países tras los ataques lanzados por Donald Trump contra China antes de su llegada a la Casa Blanca.
La agencia oficial china Xinhua anunció a última hora del domingo que el consejero de Estado Yang Jiechi, un diplomático más influyente incluso que el ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi, viajará a Estados Unidos el lunes y el martes, en lo que será la primera visita de un responsable chino de este nivel desde la toma de posesión de Donald Trump el 20 de enero.
Este anuncio llega cuando las dos primeras potencias económicas se han esforzado para acercar posiciones en estas últimas semanas, después de que las explosivas declaraciones de Trump sobre la competencia económica china y las relaciones con Taiwán provocaran un distanciamiento entre ambos países.
Entre los primeros asuntos del orden del día figura la organización de una reunión de Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, según dijo a Xinhua un experto en relaciones internacionales.
La agencia sin embargo no dio ninguna precisión sobre la visita de Yang, afirmando sólo que el diplomático, exembajador en Washington y ex ministro de Relaciones Exteriores, se reunirá con altos funcionarios estadounidenses para tratar sobre «lazos bilaterales y asuntos de interés común».
El nombre de los interlocutores no fue revelado. No se sabe entonces si Yang será recibido o no por Donald Trump.
‘Más prudente’
Durante su campaña, el magnate criticó duramente la competencia económica de China, a la que acusó de «robar» millones de empleos en Estados Unidos.
Además, tras su elección, Trump provocó estupor en Pekín al amenazar con restablecer contactos oficiales con los dirigentes de la isla de Taiwán, que China considera una de sus provincias.
No obstante, en una conversación telefónica con Xi Jinping a principios de febrero, el mandatario se comprometió finalmente a respetar el principio de «una sola China», según el cual Taiwán forma parte de China.
«Trump es alguien muy inteligente: sabe que las relaciones sino-estadounidenses son en beneficio de Estados Unidos», analiza Tao Wenzhao, investigador del Instituto de Estudios Estadounidenses en Pekín.
Aunque atacó a Pekín durante su campaña, el multimillonario «se mostró mucho más prudente tras su llegada al poder, más prudente en sus relaciones con Japón, Europa y sobre todo con México. Es el peso de las relaciones entre las grandes potencias», estima el especialista.
La entrevista entre Trump y Xi permitió normalizar la relación bilateral y organizar un primer encuentro de alto nivel entre los dos gigantes del Pacífico: el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, se reunió a mediados de febrero con el nuevo secretario de Estado, Rex Tillerson, al margen de una reunión ministerial del G20 en Alemania.
En este encuentro, Tillerson instó a Pekín a ejercer presión sobre Corea del Norte para que éste abandone su programa nuclear. Desde entonces, Pekín ha interrumpido las importaciones de carbón de Corea del Norte, una fuente vital de divisas para el régimen de Pyongyang.