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El pensamiento de Max Weber hoy 3

Óscar Sánchez,

Epistemóilogo e investigador

 

El pensamiento de Max Weber hoy.

En la entrega anterior reflexionábamos sobre el capitalismo y sus elementos contradictorios al catolicismo. El afán del capitalismo es de lucro (más ganas, más necesitas), se trabaja para incrementar riquezas que me llevan a crear más capital. El problema del capital en sí no es la generación de la riqueza, sino la distribución de ésta…. ¡y a qué costos!

Al expandirse el capital se exalta al trabajo como actividad humana por excelencia; el fin de la vida es el aumento de capital, por lo tanto la realización del ser humano, el fomento de la meritocracia y el menosprecio de los pobres (los pobres son perdedores). Para un ciudadano estadounidense decirle a alguien que es perdedor es una gran ofensa, situación que hace se genere la competencia, el individualismo y el menosprecio.

Así como en catolicismo, Weber identifica algunos elementos de importancia en el luteranismo y el calvinismo. En el caso del luteranismo resalta la antiracionalidad, su enfoque tradicionalista (se subordina a los príncipes, similar a los anglicanos), se decantan por sustituir al Papa por el rey. En el caso del calvinismo, por el contrario, la majestad absoluta es Dios. Dios no está sometido a ningún razonamiento, es impredecible. La voluntad de Dios es una voluntad que predestina a unas personas a la salvación y a otras a la condenación (siglo XVI).

El planteamiento de los calvinistas de esa época es rígido, no depende de lo que las personas hagan, Dios determina quién se salva y quién no; aunque la mayoría están condenados, es la minoría quien se salvará. Para los calvinistas no son las obras del hombre las que salvan, sino la fe en Dios.

Bajo el análisis weberiano, el desarrollo del capitalismo es muy vinculante a las religiones de fe (marcadas particularmente por Lucero y Calvino). Desde esta perspectiva la voluntad del hombre es muy limitada. Las religiones de fe empiezan metafóricamente a tomar forma de arca, donde unos son salvos y otros condenados.

Lo anterior se puede notar en situaciones donde Dios nos bendice o maldice (los éxitos en la vida de una persona es señal que Dios la bendice).

Según esta interpretación los hombres estamos predestinados, lo que nos hace buscadores de señales de bendición. Estas señales se ven representadas por la prosperidad económica (economía en el trabajo). La economía, entonces, se vuelve en una obligación, por lo que hay que darle gloria a Dios por el trabajo.

El pensamiento del calvinista de ese entonces (cuyo pensamiento en algunas personas aún está vigente) giraba alrededor del trabajo: “Entre más se trabaja se gana más dinero, por ende hay mayor prosperidad”.

Los argumentos de Weber sobre el catolicismo y el calvinismo se centran en que el primero está representado por monjes, quine han vencido los placeres; en el caso del calvinismo, éste es representado por ciudadanos que se meten a trabajar de lleno, viven en austeridad, no buscan vivir con gozo porque eso es divinizar al ser human El beneficio del trabajo y la economía se invierten en empresas y en el comercio (recordemos que la ley fundamental del capitalismo es la inversión, es la acumulación del capital

Esto último es fundamental para entender la ética protestante y el espíritu del capitalismo. Este libro no debe verse como una crítica al protestantismo, sino más bien entender los orígenes y naturaleza de este modelo económico.

Continuará en la próxima entrega.

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