José Guillermo Mártir Hidalgo
En su obra póstuma “Ética y Política” , el psicoanalista judío alemán, Erich Fromm, escribe sobre una decena de temas. En el primer tema, explica que la concentración del capital ha llevado a empresas gigantescas dirigidas por una burocracia organizada jerárquicamente. En las grandes empresas la propiedad de los medios de producción se ha disociado de la dirección. Las grandes empresas son gobernadas por una dirección burocrática, que no es la dueña legal, pero, si la dueña social. Con la dirección burócrata la democracia es un mito, ya que ésta es un régimen donde cada ciudadano participa activa y responsablemente en las decisiones. Y en la dirección burócrata, el individuo ha perdido la posibilidad de influir y participar en las decisiones. Al saber que no puede influir en las decisiones, se siente impotente. Para contrarrestar éste malestar se aferra a formas antiguas de pensar y obrar, busca una cabeza de turco a la que culpar, escapa con el rebaño o externa un ímpetu por el consumo. La civilización industrial lleva a la idolatría y hacen del hombre un apéndice de la máquina. De ésta manera, el Homo Consumens tiene como única finalidad tener más y usar más.
El segundo tema es sobre la sensatez de la política, dice que ésta depende de la cordura de quienes la hagan y la apoyen. En asuntos particulares, los hombres piensan con cordura y obran con moral, pero, en la cosa pública se inclinan a ideas insensatas y pierden sus escrúpulos morales ordinarios. Hay dos formas de pensamiento insensato que deforman nuestro sentido de la realidad en materia política. Uno es el pensamiento paranoide, el cual lleva a estar convencido que los otros conspiran contra él. Y el otro es el pensamiento proyectivo, donde todo lo malo que tenemos dentro de nosotros mismos, se proyecta a una figura externa. El pensamiento paranoide-proyectivo confunde los supuestos con la realidad.
En el tercer tema, Fromm considera que toda política exterior de Estados Unidos que pretenda ser realista, tiene que basarse en hechos. El error de la política exterior de Estados Unidos fue que se equivoco en el carácter del comunismo jrushchoviano. La Rusia Soviética en la fase jrushchoviana era un capitalismo de Estado, gobernada por una gran burocracia industrial. El nuevo programa comunista no era una sociedad nueva, sino, un Estado-Beneficencia con un mejor funcionamiento que el del capitalismo. El miedo a Rusia eliminó el miedo a una nueva Alemania poderosa, que podría volverse contra el oeste y el este. En la post guerra, Alemania volvió a convertirse en una potencia económica. Alemania está ganando un nuevo poder en Europa, no por la guerra, sino, por su superioridad económica en la Unión Europea. El capitalismo occidental es un capitalismo empresarial y la Unión Soviética, era un capitalismo estatal. No había gran choque de intereses económicos entre ambos bloques. Fromm creía que esa disputa entre fuerzas iguales podía resolverse mediante un compromiso.
En el cuarto tema, el autor cree que era un espejismo los que concebían que Estados Unidos librara la guerra en Vietnam para salvaguardar la libertad. Lo que estuvo en juego fue territorio, materias primas y la gloria. A raíz de ésta guerra, reflexiona que desde la Primera Guerra Mundial, la indiferencia ante la vida y la brutalización del hombre ha ido aumentando. Desde mil novecientos catorce, han ido mermando el amor y el respeto por la vida. Igualmente, ha ido disminuyendo la protesta moral contra la destrucción. La Guerra de Vietnam ha terminado la sensibilidad a la destructividad y ha consagrado nuestra indiferencia ante la vida. Antes de mil novecientos catorce, se había subestimado la maldad potencial del hombre. Después de la Primera Guerra Mundial, el instinto de muerte es la fuerza destructiva. La esperanza de detener la ola de violencia es, volver a hacernos sensibles a todo lo viviente.
El quinto tema es el asesinato del Presidente John Fitzgerald Kennedy, el cual fue cometido por un enfermo mental. Hay una analogía entre el asesinato de Jean Jaurés y el de Kennedy. Jaurés era en Francia un partidario de la paz. Pocos días antes de la declaración de la Gran Guerra, periódicos belicistas lo vilipendiaban. Se hablaba mucho que había que eliminarlo y fue asesinado por una persona “desequilibrada”. Las crónicas describen un ánimo de odio a Kennedy entre racistas y derechistas. Así que quien promueve el odio es responsable moralmente del acto del enfermo mental.
En el sexto tema dice que la mayoría de terroristas son hombres destructivos. Pero, hay factores personales y políticos que los convierten en terroristas. Las personas que han perdido su capacidad de amar, la suplen con la idea de sacrificar su vida. El sacrificio es prueba de que si pueden amar. Nuestra sociedad deja a algunos de sus mejores hijos sin ver ninguna salida y los empuja a que solo la violencia, el fanatismo y la sobrestimación pueden provocar un cambio.
El séptimo tema habla que el ideal de héroe persigue su fin sin dejarse disuadir por el riesgo de muerte. El ideal del mártir obra conforme a su conciencia y está dispuesto a entregar su vida y sufrir tortura. La tradición judía halló la figura más admirable en el mártir. Es ingenuo creer, que tras todo mártir se oculta un masoquista y que tras cada héroe un sádico. La cualidad auténtica del heroísmo y especialmente del martirio, es el grado de amor a la vida. Quien ama verdaderamente no estará atraído por la muerte, ni por su muerte, ni por dar muerte a los demás. El budismo, el judaísmo, el cristianismo y el humanismo, son doctrinas biófilas, afirman la vida y tienen en alta estima la alegría: solo vive quien vive alegremente.
En el octavo tema considera que los extremistas árabes no quieren judíos en Palestina. Y los extremistas judíos están resueltos a dominar toda Palestina. Solo es posible una solución positiva, si se basa en la consideración del bienestar y la cooperación de los judíos y los árabes de Palestina.
En el noveno tema habla de su apoyo al candidato demócrata de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de mil novecientos sesenta y ocho. Fromm apoyo la candidatura de Eugene McCarthy. Considera que un candidato tiene que ser convincente, pero, sus palabras no deben ser solo cerebrales, sino, cordiales.
Y en el décimo tema cita a Lewis Munford, que en su libro “El mito de la máquina” denuncia a la Sociedad Tecnotrónica, en la que millones de individuos son presa fácil de personalidades magnéticas y atractivas, quienes aprovechan las últimas técnicas de comunicación para manipular los sentimientos y dominar la razón. Los valores humanistas que han dado vitalidad a la civilización, se están esfumando a meras consignas para fomentar la cultura del consumo.
PROYECCIÓN Y PARANOIA
Otro punto son los mecanismos de defensa, operaciones psíquicas que sirven al ego para evitar que estímulos desagradables o productores de ansiedad, lleguen a la conciencia . La política se realiza de manera pasional y provoca que quienes se desenvuelven en ella utilicen mecanismos de defensa. El político mexicano Isaac Gamaliel del Real Chávez señala que a través de la fantasía, los políticos compran sueños para que la realidad no les afecte. La identificación hace que tengan un sentimiento de valía, al asociarse con personas o instituciones con un valor y jerarquía superior. Con la compensación, los políticos cubren debilidades magnificando rasgos deseables. Con la represión, los políticos impiden que pensamientos incómodos lleguen a su conciencia. La negación de la realidad los protege de un escenario desagradable. Con la proyección culpan a otros. La anulación contrarresta acciones o deseos inmorales. El aislamiento emocional es para protegerse de algún daño. La regresión lo ubica en una etapa anterior del desarrollo político. Y con el desplazamiento, descarga sentimientos reprimidos sobre personas u objetos de menor riesgo. Otros mecanismos de defensa que utilizan los políticos son la introyección, la racionalización, la intelectualización, la formación reactiva y la sublimación.
En el mecanismo de la proyección, el sujeto atribuye a otras personas virtudes, defectos y carencias . El mecanismo de la proyección se observa en personalidades paranoides o sujetos directamente paranoicos. El sujeto con sus pensamientos, deseos, hábitos, actitudes, sentimientos, ideales y esperanzas configura su mundo que proyecta continuamente. El mundo interno tiñe al externo con su propia configuración.
Luis Fernando Cardona Suárez, profesor de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, en la presentación del libro del psicoanalista italiano Luigi Zoja, “Paranoia. La locura que hace la historia” , repara que el autor propone asumir con cuidado éste trastorno emocional que afecta la percepción del mundo, la creación de vínculos con los demás y con el otro de nosotros mismos. Cita a Heráclito quien cavila que Polemos, el dios de la guerra, es el padre de todas las cosas. La guerra afirma su poder gracias al dispositivo de la paranoia. La paranoia impregna de odio y desconfianza al mundo humano.
El mundo griego indicó el camino para acceder al conocimiento del cosmos interno y externo. Nos mostró lo que podernos esperar si no somos capaces de orientar nuestra vida de modo racional. Nos enseñó las profundas contradicciones y tensiones de las fuerzas oscuras que fluyen en nuestro interior. La fragilidad de nuestra estructura emocional en momentos de gran tensión, tergiversa relaciones entre los simbólico y lo real y despliega un contorno fatal entre el bien y el mal. La imagen de sí mismo es tergiversada por la megalomanía, el cual es un mecanismo compensatorio a la sensación de ser poca cosa, frente a la imagen falseada de lo otro, los otros y de su vínculo, lo que provoca sentimientos profundos de envidia. Y lo encierra, generando la convicción de ser víctima de un complot exterior, fraguado con el único objetivo de aniquilarlo y borrar toda huella de su presencia en el mundo.
La respuesta del individuo es siempre exagerada, producto de su falsa comprensión de la realidad y de sus posibilidades de intervención en ella. La psique anclada en una comprensión de sí egoísta y emocionalmente perturbada, enturbia y falsea el encuentro con lo otro de sí y con los otros. La interioridad emocionalmente enferma, es un elemento estructurador de la conformación de regímenes totalitarios y posiciones nacionalistas, chovinistas y raciales.
FANATISMO POLÍTICO
Por tanto, el fanático puede ser definido como una persona altamente narcisista . Ha construido para sí mismo un ídolo, un absoluto al cual se entrega completamente. Actúa, piensa y siente en nombre del ídolo. Vive un estado de excitación narcisista en una total sumisión al ídolo. Apasionado en su sumisión idolátrica y en su grandiosidad, frio en su incapacidad para la vinculación y el sentimiento genuino. El pensamiento político paranoide, proyectivo y fanático son formas genuinamente patológicas de los procesos de pensamiento. Las formas patológicas de pensar, obstruyen el camino a la comprensión apropiada de la realidad política.
En El Salvador, el fanatismo político se vuelve masivo por las pocas regulaciones para controlar las campañas electorales, los bajos niveles educativos y la pérdida de cohesión social . El fanatismo se vuelve transideológico, se coloca por encima de cualquier ideología, por eso encontramos fanáticos de izquierda y derecha. Por su visión superficial de la realidad y la fe con la que asume las promesas, se desilusiona rápidamente.
El académico salvadoreño Luis Armando González explica , que nada es más falso que la idea que los problemas del país tienen su raíz en la política. El contraste radical es entre el poder económico versus la sociedad. Es decir, el poder económico y el polo social. Sin atacar los cimientos del poder económico, los problemas sociales, económicos y ambientales no se van a resolver. González apunta que hay que librar batalla contra quienes se esfuerza por sacar del foco de atención a los ricos más ricos de El Salvador, desviando la atención pública hacía un ámbito que no es el que niega los derechos fundamentales de los salvadoreños: la política. La crítica a la esfera política debe ir más allá de salarios, estilos de vida y falta de decoro de algunos políticos. Sugiere que debe dirigirse a su compromiso y eficacia, en la protección de la sociedad de la voracidad de los ricos más ricos. Por lo que los políticos de peor calaña son, los cómplices del poder económico y sus abusos.