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Pérdida de control y dependencia de las nuevas tecnologías

JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO

El pastor José Cubillos, search en su artículo “Masacre de Connecticut ¿Quién está detrás?” 1, malady sostiene la tesis que los videojuegos preparan la mente de los futuros asesinos en serie. Por ejemplo, Eric Harris y Dylan Klebold, autores de la masacre en la Secundaria Columbine; Cho Seung-hui, autor de la masacre en Virgina Tech, y Adam Lanza, autor de la masacre en la Escuela Sandy Hook, eran adictos a los videojuegos violentos. Las empresas creadoras de videojuegos como Nintendo, Sega, Electronic Arts, Sony, Ubisoft, Konami, Copcom, Rockstar, Blizzard y Valves Software se dieron cuenta que cuando está presente la violencia, la sangre, el satanismo y el sexo en ellos, tendrán millonarias ventas. Los videojuegos con alto grado de violencia y muerte, son los responsables de influenciar a adolescentes y jóvenes adictos para que se conviertan en verdaderos asesinos en serie.

El autor comenta que en la mayoría de los videojuegos, hay niveles en que el jugador tiene que ser muy diestro y hábil. Es en estos niveles en que existe un plan de control mental para hacer del jugador adicto, un asesino. La violencia en los videojuegos tiene efectos reales en los adolescentes y jóvenes. Además, los videojuegos transmiten una visión maniquea de la realidad.

Cubillos dice que las masacres escolares provocan que sea el mismo pueblo estadounidense el que exija el desarme. Y precisamente los detentadores del poder, el complejo militar-industrial, buscan desarmar a la población para el establecimiento del Nuevo Orden Mundial y tenga que venir la represión. Nuestro autor afirma que el problema es la sociedad estadounidense, quien construye y forma monstruos.

NUEVAS TECNOLOGÍAS Y ADICCIONES

El libro “Adicción a las nuevas tecnologías en adolescentes y jóvenes” , es una compilación de un congreso internacional patrocinado por la Fundación Gaudium, donde Enrique Echeburúa, Francisco Javier Labrador y Elisardo Becoña fueron los coordinadores. El libro consta de un Prólogo, una Introducción, Cuatro Partes y un Epílogo. La Primera Parte los coordinadores le llamaron “los jóvenes y los riesgos de abuso de las nuevas tecnologías”. “Adicción a nuevas tecnologías específicas” es la Segunda Parte. La Tercera Parte son las “Alternativas terapéuticas”2. A la Cuarta Parte los coordinadores le llamaron “Aspectos Preventivos” y el epilogo titulado “Retos del Futuro”.

El Prólogo fue escrito por Hernando Almuneda Pérez, quien sostiene que el concepto de adicción está relacionada a las adicciones a drogas. La falta de control y la dependencia, son los componentes fundamentales de los trastornos adictivos.

La Introducción fue escrita por Enrique Echeburúa, Francisco Javier Labrador y Elisardo Becoña, quienes sostienen que las nuevas tecnologías han producido un cambio en nuestra vida cotidiana y están abriendo una brecha digital entre el mundo occidental y los países pobres y entre los adultos y los adolescentes.

Enrique Echeburúa y Paz de Corral escriben “Las adicciones con o sin droga: una patología de la libertad”, que es el primer trabajo que conforma la Primera Parte. Los autores dicen que el Ser Humano necesita un nivel de satisfacción global repartido en diversas actividades. Cuando la persona se siente carente o contrariada en alguna faceta de su vida, puede centrar su atención en una sola actividad. Las personas adictas a determinada conducta, experimentan el Síndrome de Abstinencia cuando no pueden llevarla a cabo. El Síndrome de Abstinencia es el núcleo fundamental de todas las adicciones.

El segundo trabajo de la Primera Parte es “Adicción a nuevas tecnologías en adolescentes y jóvenes”, escrita por Francisco Javier Labrador y Silvia Ma. Villadangos. Afirman que las nuevas tecnologías son adictivas por el excesivo tiempo dedicado a la actividad, la pérdida de control sobre ésta y la interferencia con las actividades de la vida cotidiana. Un estudio epidemiológico con el “Cuestionario de Detección de Nuevas Adicciones  (DENA)” arrojo que de mil setecientos diez sujetos, el noventa y siete por ciento hacía un uso frecuente de la televisión, un ochenta y siete por ciento del internet y un ochenta por ciento del teléfono móvil. Los adolescentes dedicaban siete horas al día a las nuevas tecnologías. Las mujeres usan más el internet y el teléfono móvil. En cambio los hombres, usan más los videojuegos.

El tercer trabajo de la Primera Parte es escrito por Elisardo Becoña con el título “Factores de riesgo y de protección en la adicción a las nuevas tecnologías”. Plantea que los factores de riesgo en los jóvenes son la baja autoestima, la depresión, la impulsividad, la búsqueda de excitación y desinhibición, la agresividad física, los déficits de habilidades sociales, la rebeldía y la psicopatología del individuo y sus padres.

Lourdes Estévez, Carmen Bayón, Javier de la Cruz y Alberto Fernández-Lira, escriben la primera presentación de la Segunda Parte titulada “Uso y abuso de Internet en adolescentes”. El uso excesivo de Internet se asocia a consecuencias adversas como fracaso académico, aislamiento social, depresión, conflictos familiares. La Internet tiene cualidades específicas que contribuyen a potenciar su adicción como el “anonimato” en las transacciones electrónicas. De hecho, la conducta on-line se caracteriza por la desinhibición, la pérdida de pudor y la ausencia de miedo a expresarse de forma libre. Llevada al extremo, a la creación de personalidades virtuales. El Test de Adicción a Internet diseñado por McOrman y el Test de Adicción a Internet de Young, sirven para discriminar al usuario de “riesgo” del usuario “problemático”.

Marina J. Muñoz, Liria Fernández y Manuel Gámez, escriben la segunda presentación de la Segunda Parte titulada, “Adicción y abuso del teléfono móvil”. Afirman que la persona vulnerable al uso problemático del teléfono móvil tiene baja autoestima, muestra extroversión e impulsividad. Pero, es la presión social la que hace del móvil un instrumento de status social. El abuso de la telefonía móvil genera un gasto excesivo de dinero. Otros efectos secundarios son, la exposición a radiaciones de radio frecuencia sobre el organismo y las consecuencias perjudiciales para la seguridad vial. A través del teléfono móvil se puede acceder a Internet y a Salas de Chat. Por lo que el móvil, es un medio para otras adicciones. Para medir adicción al móvil se encuentran: La escala de uso problemático del teléfono móvil de Bianchi y Phillips, el cuestionario de uso problemático del teléfono móvil de Billeaux, Vander, Linden y Rochat y el cuestionario diagnóstico de uso problemático del servicio de mensajes cortos de Rutland, Sheets y Young.

La tercera presentación de la Segunda Parte es escrita por Juan Alberto Estallo con el nombre “El diagnóstico de «adicción a videojuegos» uso, abuso y dependencia”. Los rasgos de personalidad de los profesionales de la informática, pueden aplicarse a los jugadores de videojuegos: introvertidos, brillantes intelectualmente y con escasas aptitudes sociales. La adicción a los videojuegos desconecta del mundo a muchos adolescentes. Los efectos negativos sobre la salud son las molestias oculares, cefaleas, dolores de cuello y muñeca y la obesidad. En mil novecientos noventa y cuatro, Fisher desarrollo la Escala para evaluar el uso excesivo de los videojuegos.

Fernando Pérez del Río escribe el primer trabajo de la Tercera Parte, titulado “Tratamiento de las adicciones sin drogas: hacía un uso sano de las tecnologías”. Pérez del Río afirma que el tratamiento es por objetivos. Debe seguirse una determinada estrategia e ir a lo fundamental, acercarse al problema principal de la persona. Sus objetivos son el uso adecuado de las nuevas tecnologías, prevenir el desarrollo de conductas compulsivas y acompañar a las personas que han perdido el control de su comportamiento. Luego de las primeras tres sesiones, los padres se dirigen a Escuela para Padres y los hijos asisten a talleres específicos. Paralelamente se mantienen entrevistas y encuentros con su familia.

El Segundo Trabajo de la Tercera parte lo escribe David Greenfield, quien lo titula “Tratamiento Psicológico de la adicción a internet y las nuevas tecnologías”. Para el tratamiento es necesaria una motivación realista del paciente y su familia. Se usa la terapia familiar sistémica, la terapia de pareja y el apoyo psicológico o farmacológico.

Xabier Carbonell, Carla Graner, Marta Beranuy y Ander Camacho, son los autores del primer trabajo de la Cuarta Parte titulado “Fomento del uso saludable de las tecnologías de la información y comunicación en familia y escuela”. Las recomendaciones para un uso saludable de las tecnologías de información y comunicación son: que los padres y los educadores participen y compartan con los adolescentes el uso de la Internet. Hay que contrarrestar el aislamiento que produce la televisión, los videojuegos, el móvil y el ordenador. Educar que Internet es fuente de información y formación. Programar los tiempos de uso y entender que el exceso de internet es una forma de reaccionar a un malestar psicológico. Proponen, a la vez, una serie de consideraciones para el abuso del móvil y consejos para fomentar el uso saludable de los videojuegos.

María José Mayorga escribe el segundo trabajo de la Cuarta Parte que titula “Programas de prevención de la adicción a las nuevas tecnologías en jóvenes y adolescentes”. Las Naciones Unidas definen prevención a la adopción de medidas para impedir que se produzca deficiencias físicas, mentales y sensoriales o impedir deficiencias, cuando se han producido, que tengan consecuencias físicas, psicológicas y sociales negativas. Un programa preventivo, es un conjunto de actividades que impiden la aparición del problema al que se dirige. Los destinatarios de las acciones preventivas son los alumnos, sus padres y madres. Los objetivos de los programas son: utilizar las nuevas tecnologías sin riesgo y evitar el peligro de incurrir en una relación de dependencia.

El epílogo titulado “Retos del Futuro”, fue escrito por Francisco de Asís Babín. Dice que se debe trabajar en la prevención, desde edades tempranas, tanto en la familia como en la escuela. Los escenarios de prevención son la capacitación y familiarización de los adolescentes en el uso adecuado de las tecnologías de información y comunicación, resistencia a la presión grupal y favorecimiento a un desarrollo madurativo y adaptado y formación de padres.

NUEVAS ENFERMEDADES

En nuestro país no existen estudios que respalden la adicción a las nuevas tecnologías. Pero, cada vez, más gente pide ser atendida debido a la adicción a las nuevas tecnologías.

Leticia Serrano, en su artículo periodístico “Las nuevas adicciones que ponen en crisis a una pareja”3, informa del Síndrome Fear of Missing Out (miedo a perderse algo), que se refiere al miedo a ser excluido de las redes y a no contar con el último elemento tecnológico del mercado. El canal internacional de televisión vía satélite y cable, Russia Today, en la noticia periodística “Ocho nuevas enfermedades psicológicas causadas por Internet y los dispositivos móviles”4 , informa que la Internet y los dispositivos electrónicos, por sus efectos en el cerebro, son los responsables de nuevas enfermedades. El Síndrome de la llamada imaginaria, es la alucinación de que el celular ha sonado o vibrado, sin que en realidad haya ocurrido. La Nomofobia, es la angustia por no tener acceso al celular. El Cibermareo, es el mareo provocado por los aparatos de realidad virtual. La Depresión del facebook, por tener muchos contactos en la red o la falta de ellos. La Dependencia de Internet, necesidad enfermiza de estar conectado. La Dependencia de videojuegos en línea, dependencia muy extendida. La Cibercondría, padecer alguna enfermedad de cuya existencia se ha enterado en Internet. Y el “Efecto  Google”, el cerebro se niega a recordar información, por la posibilidad de acceder a ella en cualquier momento.

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