Alexander Pineda
@AlexPineda27
Como es ya tradición, millares de personas, en su mayoría estudiantes universitarios, se manifestaron por la conmemoración del cuadragésimo segundo aniversario de la matanza estudiantil en una protesta pacífica el 30 de julio de 1975, perpetrada por el gobierno militar de Arturo Armando Molina.
En la multitudinaria marcha participaron también ex estudiantes, docentes, trabajadores administrativos y autoridades del Alma Máter, partiendo del campus central de la Universidad de El Salvador, rumbo al monumento sobre la 25 Avenida Norte, en las cercanías del Hospital Nacional Rosales, que se levantó en honor a los fallecidos y desaparecidos de ese 30 de julio.
Asimismo, una delegación de estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) acompañó la marcha. Universitarios hondureños se han manifestado en días recientes en favor de la destitución de la rectora de UNAH, Julieta Castellanos, por seguir una política privatizadora y por la intervención de fuerzas militares y policiales en el campus universitario. En los últimos dos meses se han movilizado cerca de 10 mil estudiantes exigiendo al Congreso Nacional de Honduras la no intromisión en asuntos de la Autónoma y la convocatoria a elecciones internas para suceder en el cargo a Castellanos.
Las asociaciones y organizaciones de la Universidad de El Salvador, participantes en la movilización, expresaron que pretenden rescatar y divulgar la memoria histórica de la lucha del movimiento estudiantil organizado e incentivar al estudiantado a formar parte del mismo.
También manifestaron sus inconformidades con respecto al presupuesto asignado a la institución y se pronunciaron por temas coyunturales como el sistema previsional, la Ley General de Aguas y las recientes resoluciones de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.
“La mejor forma de no olvidar a tantos compañeros que ofrendaron su vida por la defensa de la autonomía de la Universidad de El Salvador y la denuncia de la represión de la dictadura militar de aquel tiempo, es hacer el recorrido que realizaron aquel día con las mismas banderas de lucha, un país democrático, un país de justicia, lo que hacemos es ratificar el compromiso de continuar la lucha de los mártires de aquel 30 de julio”, manifestó Vicente Cuchillas, decano de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la UES.
Cuchillas destacó como reivindicaciones del movimiento estudiantil actual la consecución de más presupuesto para fortalecer a la única institución pública de educación superior; la apertura de espacios laborales para profesionales; y los problemas de violencia y gobernabilidad en El Salvador.
El representante del sector estudiantil ante la Asamblea General Universitaria, Noé Vásquez, expresó que el principio de que la Universidad es un actor crítico de la sociedad tiene que mover a sus estudiantes a reflexionar sobre los hechos de julio de 1975 y agregó que hoy existen más apertura y medios para manifestar el descontento colectivo.
En tanto, Reynaldo Franco, secretario de organización del Sindicato de Empresas de Trabajadores de la Universidad de El Salvador (SETUES), calificó la conmemoración como “trascendental” por la histórica lucha reivindicativa del único centro de estudios superiores de carácter público, “una universidad no alcanza para la masa de estudiantes que finalizan su educación media cada año y si no tiene el presupuesto suficiente, menos”, dijo refiriéndose a la exigencia de un presupuesto acorde a las necesidades de la UES.
Franco habló sobre el letargo en el que ha caído la UES en materia de participación e instó a la generación actual a “despertar” en favor de la consecución de una mejor educación superior. “La Universidad no es bien vista nunca, porque a los sectores dominantes de este país no les parece que la juventud despierte y adquiera el conocimiento concreto y objetivo de la realidad, la Universidad, por ser conciencia crítica de la nación debe hacer sus propuestas hacia los organismos que la dirigen”, añadió el líder sindical.
Sobre la finalización del evento en el monumento a las víctimas, el sobreviviente, Alcides Gómez, ahora médico del Hospital Rosales, exteriorizó la exigencia al Estado Mayor de la Fuerza Armada para que otorgue el acceso a la documentación con los detalles del ataque y argumentó que es algo que la población debe conocer, además, agradeció el esfuerzo por la preservación de la memoria histórica del suceso. “Le digo a la juventud que no se olvide de esto, porque si este tipo de eventos trágicos se olvidan, se pueden repetir”, finalizó.
MARCHA ALTERNATIVA
Minutos antes de que la marcha principal saliera del campus central, decenas de estudiantes que forman parte del Movimiento Estudiantil de Ciencias y Humanidades (MECH), hicieron el recorrido con rumbo al centro de San Salvador, destino que tenía la histórica marcha del 30 de julio de 1975.
“Llevar la marcha al centro de San Salvador es una forma de que el movimiento estudiantil se ponga en contacto con la población y se articule con esta; la idea es de que este espacio conmemorativo lo actualicemos, que el estudiante de hoy pueda plantear las reivindicaciones actuales en cuanto a la Universidad y el país”, explicó Iván Villatoro, secretario general de la Asociación General de Estudiantes de Ciencias Sociales aglutinada en MECH.
En esta marcha hubo representación de la Alianza Social por la Gobernabilidad y la Justicia (ASGOJU), Raúl Durán, miembro de esta organización civil, expresó su inconformidad con el Estado salvadoreño ya que no impartió nunca justicia en el caso del 30 de julio de 1975, aun cuando los culpables, señaló, eran prácticamente del conocimiento público, Arturo Armando Molina y Carlos Humberto Romero, presidente y ministro de Defensa respectivamente.
La actividad del Movimiento Estudiantil de Ciencias y Humanidades (MECH), se estableció en la Plaza San José, en el que se pronunciaron como organización en cuanto a problemáticas actuales de la Universidad y el país, como presupuesto, seguridad y gobernabilidad, además hubo intervenciones artísticas y una tribuna ciudadana para la participación abierta de los asistentes al acto.
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