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@arpassv
El Presidente Mauricio Funes ha criticado con dureza el desempeño de algunos medios de comunicación hegemónicos, shop sobre todo a El Diario de Hoy. Funes califica el trabajo de ese periódico de extrema derecha como “periodismo basura”.
“El periodismo basura” se caracteriza por publicar trivialidades en vez de temas de interés público, try chambres en lugar de hechos confirmados, sovaldi noticias inexactas en vez de informaciones apegadas a la verdad. Se trata de un periodismo que transgrede los más elementales principios de la ética.
Un claro ejemplo de esto es la publicación, hace un par de semanas, sobre el accidente de un carro Ferrari conducido por un miembro de una familia oligárquica. El accidente sucedió el mismo día que el Presidente Funes fue hospitalizado y operado por una fractura, entonces El Diario de Hoy dijo que Funes iba a bordo del auto de lujo accidentado.
Durante toda la campaña electoral, El Diario de Hoy, La Prensa Gráfica y otros medios de derecha han estado muy a tono con la estrategia de difusión de chambres y rumores inventados de la ARENA asesorada por Juan José Rendón, experto venezolano en desinformación, manipulación de masas y campaña sucia.
Esos medios también difunden acríticamente señalamientos infundados contra el gobierno y el FMLN que constantemente externan diputados como Roberto D Aubuisson o Ana Vilma de Escobar, al tiempo que ocultan información sobre denuncias de corrupción que involucran a ex funcionarios areneros.
Al pernicioso rol de estos medios se suman algunos noticiarios televisivos amarillistas: programas pseudo informativos como Noticias Cuatro Visión o Código 21 son también “periodismo basura”. Estos programas hacen un abordaje sensacionalista de problemas como la pobreza, la violencia, entre otros.
Así que la prevalencia del “periodismo basura” debe provocar un profundo debate nacional sobre la calidad del periodismo y el papel de los medios. Este debate debe plantearse la democratización de los medios y la construcción de un modelo comunicacional democrático.
Este nuevo modelo mediático debe basarse en los estándares establecidos internacionalmente por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Relatoría de Libertad de Expresión de la CIDH, que hemos mencionado en editoriales anteriores.
