Redacción Nacionales
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En los primeros dos años del gobierno de Nayib Bukele se continuó registrándose la desaparición de personas. De 2019 a 2021, cerca de 5 mil desaparecidos fueron reportados por las autoridades, la mayoría son personas civiles, quienes no tienen absolutamente ninguna relación con pandillas.
Sin embargo, hay un pequeño porcentaje con vinculación a pandillas, ya sea que son o fueron colaboradores, gente que les apoyaba con algún nivel de organización, o también porque les debían, por ejemplo, la extorsión que ellos le llaman renta.
Diario Co Latino conversó en exclusiva con Marvin Reyes, secretario general del Movimiento de los Trabajadores de Policía (MTP), quien dijo que la Fiscalía General de la República (FGR) no ha dado respuesta a cientos o miles de personas, que todavía buscan a sus familiares.
“Alrededor de 5 mil personas se reportaron desaparecidas, este dato obedece a una estrategia que estaban utilizando las pandillas, porque cuando dejaban los cuerpos de las víctimas en la calle, les generaba un problema porque la zona se llenaba de policías, hacían allanamientos en diferentes casas y había detenciones”, externó.
Las pandillas comezaron a ocultar los cuerpos, para evitar que la policía llegara e hiciera todo un aparataje y desplegaran una fuerza operativa, al no haber cuerpo, no hay delito; empezaron a ubicar zonas para enterrar a las víctimas.
Entre 2019 y 2021, a escala nacional se localizaron 51 fosas clandestinas, estos lugares no han sido excavados por la fiscalía, aduciendo que no tiene presupuesto ni personal técnico. Posiblemente las personas desaparecidas estén en esas 51 fosas clandestinas.
Actualmente, no dan ningún tipo de información respecto a los desaparecidos, al solicitar esos datos la fiscalía dice que están en reserva. Antes, esos datos, incluso, los publicaban, para que la población y la opinión pública los registrara y supiera cómo se estaba manejando el tema.
También les han quitado personal y recursos, tanto a la policía en las áreas de investigaciones encargadas de las personas desaparecidas, como a la fiscalía, que también le han reducido personal y presupuesto.
“Las autoridades ubican el lugar y lo dejan nada más señalizado que hay una fosa clandestina, se desconoce cuántas personas hay y qué tipo de muerte les dieron. Habría que excavar y mediante el examen forense determinar toda esa información”, sostuvo.
Algunas fosas se han descubierto por casualidad o debido a un caso fortuito. El caso de Chalchuapa, por ejemplo, es una de las fosas más macabras, habían excavado un agujero e iban poniendo los cuerpos apilados para que la fosa se fuera llenando hacia arriba.
A medida que iban sacando los cuerpos, apareció una canasta en la cual estuvo el cuerpo de un niño, aproximadamente de dos años, solamente tenía la parte del cráneo. La fosa de Chalchuapa no solo era una, los últimos datos indican que habían varias.
La otra fosa que también llamó mucho la atención es la de la Finca Suiza, Nuevo Cuscatlán, en ese lugar encontraron el cuerpo de dos hermanos reportados desaparecidos y los encontraron asesinados, también una joven futbolista que desapareció en el Paseo El Carmen, de Santa Tecla.
En ese lugar había varias personas enterradas, incluso, encontraron un par de motocicletas, habían excavado el agujero, tiraron la motocicleta y el cuerpo de la persona, el objetivo era desaparecer la víctima con todo y el vehículo en el que se transportaba.
La estructura del Programa Libertad de la pandilla MS tenía su cuartel general en la comunidad El Pino, de Santa Tecla, ocupaban Nuevo Concatlán como lugar de descanso, ahí tenían casas y residencias.
Incluso, desplazaron a mandadores de fincas que circundan el pueblo y llegaban a descansar, además, tenían ese cementerio clandestino, porque Nuevo Cuscatlán es un lugar que por años nunca figuró en el mapa.
Esta pandilla utilizaba ese lugar para ocultar los cuerpos de casi toda La Libertad, porque ellos operaban en todo el departamento y ahí los iban a enterrar.
En Lourdes Colón hay otra fosa que tuvo bastante notoriedad, había varios cuerpos enterrados, fueron excavados algunos, pero después se dejó por falta de presupuesto.
En la base del cerro en San Francisco Gotera, Morazán, hay una fosa clandestina, según datos de un pandillero criteriado, había más de 50 cuerpos, lo extraño es que a los meses, ese mismo pandillero desapareció, lo dieron por desaparecido, probablemente quedó enterrado en esa misma fosa y nunca se excavó.
El último dato es que en estos días han estado excavando una fosa en Cumbres de San Bartolo, límite entre Tonacatepeque e Ilopango, en la zona hay un barranco bastante profundo donde enterraban los cuerpos, se desconoce cuántos cadáveres pudieran estar en el lugar.
El resto de fosas siguen en el olvido, los familiares reclaman a las autoridades que se les atienda y buscan una solución, pero de parte de la Fiscalía no hay respuesta.
En cada una de esas fosas no se sabe cuántas personas contiene y al empezar a excavar verán que es una cantidad de personas quienes murieron de manera trágica, lo cual causa alarma social, y en este momento el gobierno maneja una imagen de “éxito”, que ha logrado controlar la seguridad al 100%.
Esto le generaría una nota negativa, aunque no todos los homicidios se cometieron en la administración de Bukele, sino antes, pero igual no les conviene, incluso, en estos últimos días ha habido varios desaparecidos y son encontrados muertos, no lo manejan como homicidio, sino por otras causas y dicen “muerte sobre averiguada”, y se va a determinar en la autopsia, pero si la persona ha sido asesinada, hay signos de violencia.
La “muerte sobre averiguada” significa que no se contabiliza como homicidio, se juega con los números; al no reportarlo como homicidio no crece la cifra, pero sí ha habido homicidios, por ejemplo, agosto fue el mes más violento de este año con 18 homicidios, ahí van también varias muertes sobre averiguadas que no las contabilizaron como homicidios.
El gobierno juega mucho con los números y por esa razón no les conviene que se excaven las fosas clandestinas, porque resultaría una cantidad de personas asesinadas y ellos no quieren elevar el número de homicidios.
Reyes consideró que el Plan Control Territorial (PCT) ha sido la bandera del gobierno cuando comenzó en 2019, el MTP planteó que esta estrategia debía ser dinámica y adaptable a las circunstancias, porque el delincuente siempre busca la manera de sortear las estrategias de seguridad gubernamentales y acciones operativas de la policía.
Enfatizó que el PCT fue efectivo únicamente por 6 meses, principalmente porque los delincuentes descifraron el plan y utilizaron otras estrategias, para asesinar, extorsionar y cometer sus crímenes.
El plan consistía en el despliegue de agentes policiales junto con soldados en una determinada zona, donde había mayor incidencia de pandillas, extorsión y homicidios, parecida a la estrategia de Calderón Sol en 1998, cuando había un auge de pandillas.
Eran como grupos de vagos, no se había establecido la extorsión estructuralmente y había homicidios, pero no en la cantidad que después se registraron. Al analizar el PCT es básicamente lo mismo, es un refrito de 1998, que dio resultados solamente seis meses.
El segundo punto por el cual no dio resultado, es porque las jefaturas de la policía, oficiales que venían de los cuerpos de seguridad anteriores, como Policía Nacional, Guardia o Policía de Hacienda, no estaban de acuerdo con el gobierno de Bukele.
Empezaron a mover la gente, a sacarla de los sectores asignados y darles otras funciones. Por ejemplo, al policía que estaba asignado en un sector le ordenaron custodiar un reo en el hospital, asistirlo a la PGR, llevarlo al juzgado, o trasladarlo al penal, los movían para que no existiera efectividad en el lugar que le asignaron al policía.
En ese momento el policía andaba con soldados, al no estar el policía, ellos se regresaban al cuartel y la zona quedaba desprotegida, así la pandilla continuaba su accionar tranquilamente.
Luego de seis meses cuando ya no funcionó el plan empezaron a utilizar el término, de Plan Control Territorial para referirse a toda acción que la policía llevaba a cabo, como decomisos de drogas en alta mar, detenciones y operativos, pero el plan está por escrito y dice cuáles son las acciones a desarrollar, no establece incautaciones de drogas en alta mar ni de otro tipo de acciones.
Esto no disminuyó la delincuencia, sino que cambió de estrategia, la pausó seis meses, luego volvieron a lo mismo, no sirvió para absolutamente nada porque el origen de las pandillas tiene una base social y con un plan operativo retroceder y que un delincuente sea buena persona.
El pacto o negociación de las pandillas, sobre todo la MS con el gobierno actual, es una estrategia que utilizó Bukele para bajar la criminalidad, fue un acuerdo que beneficiara a ambos. El gobierno obtuvo bastantes beneficios, porque se generó una percepción que los delitos estaban disminuyendo.
Los pandilleros también recibieron estímulos económicos, apoyo judicial al no extraditarlos, ya que algunos de sus líderes los exigía Estados Unidos, y flexibilizaron las condiciones en las cárceles.
“A nosotros qué nos importa que a un pandillero de esos le apliquen la inyección letal, si ellos aquí mataron cantidad de gente, ellos estaban defendiendo delincuentes, pero ellos han sido los principales defensores de pandilleros”, reiteró.
Estas estructuras estuvieron trabajando para Nuevas Ideas y después los absorbieron en puestos de la Asamblea Legislativa. El diputado Ernesto Castro tenía un pandillero en su planilla de colaboradores, se publicó su foto y apareció en diferentes momentos en la campaña junto a él.