Isaac Bigio
Analista Internacional
Durante dos días la república peruana en los hechos carece de un mandatario.
Pedro Pablo Kuczynski (PPK) renunció a la presidencia del Perú el 21 de marzo, justo cuando en su país se entra en el otoño. Antes que empiecen a caer las primeras hojas de los árboles en la nación inca cayó su mandatario de origen polaco y antiguo pasaporte estadounidense.
PPK no llegó ni a Semana Santa ni a completar 19 meses en su cargo. Él se vio obligado a dimitir 24 horas antes que el congreso peruano debatiese una segunda moción pidiendo su vacancia.
El viernes 23 el vicepresidente Martín Vizcarra debería estar retornando de Canadá, donde actúa como embajador, a Lima para jurar en el cargo.
En el primer pedido de vacancia que se dio hacía exactamente 3 meses atrás PPK salvó su puesto con las justas. A él se le acusaba de haberse favorecido de contratos hechos con la multinacional brasilera Odebrecht, tan envuelta en escándalos de corrupción en todo el continente.
Vacancia
La Constitución dicta que si 2/3 del parlamento vota por la vacancia presidencial esta se implementa. De allí que se necesitan un mínimo de 87 de los 130 congresistas para que ello se logre. El 21 de diciembre pasado solo 19 de ellos votaron en contra del pedido de vacancia, mientras que 79 (cuatro veces más) pidieron su remoción. Pese a que menos del 15% del parlamento avaló a PPK no se consiguió el 66.6% necesario para defenestrarlo pues 21 se abstuvieron y 11 no votaron.
Lo que entonces libró a PPK de su caída fue que los 10 diputados del centroizquierdista Frente Amplio se retiraron de la votación buscando no apoyar su caída pues pensaban que quien le iba a substituir sería el fujimorismo que tanto alentaba su salida; y a que 10 diputados del fujimorismo liderados por Kenji Fujimori, el hijo del exdictador Alberto Fujimori entonces preso, se abstuviese a cambio de que 3 días después su padre fuese indultado, con lo cual se dividió dicho partido.
El que PPK dejara libre a Alberto Fujimori (expresidente en 1990-2000) produjo grandes marchas y el que toda la izquierda se volviese a unir demandando una nueva vacancia. El pedido a entrar a un segundo proceso de vacancia fue secundado por la fracción mayoritaria del fujimorismo también a manera de contrarrestar la ola de deserciones que estaba teniendo en favor de Kenji, quien ya estaba iniciando un co-gobierno con PPK.
La gota que colmó el vaso fue el que la bancada fujimorista oficial relevase los videos hechos por su congresista Mamani en los cuales se ve claramente cómo Kenji y voceros de su grupo y del gobierno le tientan a él a pasarse a su bando ofreciéndole “obras” y porcentajes de los fondos públicos.
Para entonces la situación se tornó incontenible y hasta la mayoría de los diputados provinciales que quedaban de la amenguada bancada de PPK le pidieron a su jefe que diese un paso al costado.
Estimando que iba a tener unos 100 o más de los 130 congresistas que votasen por su vacancia, PPK dimitió. Si en diciembre pasado sus dos vicepresidentes amenazaron con renunciar en bloque junto a él chantajeando a la izquierda que la presidencia iría a caer a la jefatura fujimorista del congreso, esta vez ninguno de ellos hizo eso. El cargo ha de pasar este viernes a su primer vicepresidente Martín Vizcarra.
Vizcarra
Si PPK no tenía partido ni fuerte respaldo legislativo, Vizcarra está peor. Si PPK es un hombre que raspadamente entró en la primera vuelta presidencial y también ganó la segunda, e, igualmente, así salvó el pellejo en el primer pedido de vacancia, Vizcarra es un hombre que llega en condiciones incluso más tenues a la presidencia.
Desde que se inició el restablecimiento de la democracia multipartidaria peruana en 1978 en todos estos 40 años nunca antes un vicepresidente ha debido substituir a un presidente por un extenso periodo. Ahora Vizcarra debe completar los 2/3 restantes del quinquenio de PPK.
Si la fracción minoritaria del fujimorismo con Kenji a la cabeza quiso que PPK gobierne como prisionero suyo, el ala mayoritaria de este mismo movimiento liderada por su hermana mayor Keiko va a querer hacer lo mismo con Vizcarra.
Vizcarra hará un gobierno débil y es posible que acabe adelantando las elecciones generales.
Mientras tanto a PPK le espera un inminente proceso judicial. La Fiscalía ha pedido que se le impida salir del país.
Una ola de indignación popular sacude al Perú donde todos sus 5 expresidentes vivos están procesados. Quien gobernó en 1990-2000 (Fujimori) tiene nuevos procesos y está pendiente que la corte interamericana vete su indulto, en 2001-2006 (Alejandro Toledo) está requerido y fugado en EE.UU., en 2006-2011 (Alan García) tiene numerosas denuncias y le ayuda a que en el poder judicial hay muchos militantes de su partido, y en 2011-16 (Ollanta Humala) está bajo arresto junto a su primera dama.
Cónclave panamericano
La primera cumbre internacional a la que Vizcarra tendrá que ir es a la que ha de juntar a todos los mandatarios de las 35 naciones americanas a darse en Lima en 3 semanas. Para tal ocasión PPK quiso posicionarse como un halcón de Donald Trump ansiando que la Casa Blanca evite su desplome, e incluso amenazó al presidente venezolano de no dejarlo asistir.
Hoy ni PPK ni el entonces secretario de Estado de EE.UU. Rex Tillerson que hizo una gira buscando coordinar una acción panamericana conjunta contra Caracas van a poder asistir a dicha cumbre. Esta última supuestamente va a darse para luchar contra la corrupción continental y era vista como una plataforma para golpear a los gobiernos izquierdistas de la región. La caía de PPK ha de incidir en este cónclave.
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