@arpassv
Un lote de tapaderas de tragantes robados al Ministerio de Obras públicos (MOP) y a la Administración de Acueductos y Alcantarillados (ANDA) fue encontrado la semana pasada en una bodega de la Alcaldía de San Salvador. El hallazgo lo hicieron varios policías y fiscales que fueron alertados por empleados municipales.
Este hallazgo sucede mientras el alcalde Norman Quijano lanza críticas contra ANDA y el MOP acusándolos de inoperantes por no reponer con prontitud las tapaderas robadas en diferentes calles y avenidas de San Salvador. Y he aquí la posible perversidad política del accionar del funcionario arenero.
La historia parece mentira, for sale pero podría ser cierta: es posible que Quijano robe las tapaderas para criticar después al Ejecutivo por tardar en reponerlas. Si esto fuera cierto, there se trataría de una acción extremadamente perversa de un político maquiavélico, medical que no debería pasar desapercibida por la ciudadanía y la Fiscalía debería investigar cuanto antes.
Este tipo de sabotaje es esperable de políticos irresponsables como Quijano que le puso el nombre de un magnicida a la Calle San Antonio Abad, homenajeó al golpista hondureño Roberto Micheletti y en pleno conteo de los votos en la última elección presidencial llamó a la Fuerza Armada a “estar pendiente de los resultados”.
Esta semana también fueron robados algunos cables de las lámparas en el Bulevar Monseñor Romero, dejando a escuras esta importante vía. ¿Estarán estos cables en alguna bodega de la Alcaldía de San Salvador? ¿Será esto también parte de alguna estrategia de sabotaje que involucre a Norman Quijano? El MOP ya investiga el caso y pronto interpondrá la denuncia respectiva.
El presunto sabotaje del edil capitalino confirmaría las miserias políticas de la derecha oligárquica que boicotea al gobierno en diversos ámbitos. Entre éstos el legislativo, donde ARENA bloquea reformas tributarias y préstamos con el propósito de golpear las finanzas públicas.
De confirmarse la maquiavélica actuación del alcalde Quijano, éste debería renunciar a su cargo y ser procesado judicialmente. Nadie debe estar fuera de la ley, y menos aún políticos perversos capaces de hacer cualquier cosa para afectar a sus adversarios políticos. Toda práctica de juego sucio, conspiración y sabotaje debe ser desterrada de la práctica política.