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Buenos Aires/AFP
El peso argentino volvió a bajar el miércoles ante el dólar al perder 0,65% tras la recuperación del martes aunque el Banco Central dijo haber interpretado «el mensaje del mercado».
El tipo de cambio en las pizarras oficiales cerró a 24,79 pesos por dólar un día después de que el Banco Central (BCRA) conjuró el peligro de un colapso financiero si fondos de inversión y ahorristas se volcaban a la compra de billetes verdes.
«Se hizo evidente que el mercado no nos estaba creyendo», admitió el gobernador de la autoridad monetaria, Federico Sturzenegger, en conferencia de prensa.
En las últimas semanas «hubo un mensaje del mercado para el Banco Central y para el (Poder) Ejecutivo, que nos ha hecho reflexionar y cambiar algunas cosas», afirmó
El BCRA emitió el martes millonarios bonos en pesos para que el dinero no se dirigiera a la compra de moneda norteamericana y vendió 700 millones de las reservas, entre otros instrumentos.
La artillería pesada del BCRA impidió que el peso se desplomara aún más en el llamado ‘supermartes’, cuando vencían préstamos en Letras en pesos equivalentes a la mitad de sus reservas.
Sturzenegger reconoció que el mercado «no le estaba creyendo» al BCRA, lo que desde marzo produjo una fuga de capitales, con baja en las reservas de 62.000 a 53.000 millones de dólares y una depreciación acumulada de más de 12% en mayo.
Pero el alto funcionario ratificó «el tipo de cambio flotante» y la tasa de interés de referencia al 40%, la más alta del mundo.
«Hemos vivido un par de semanas con bastante volatilidad que tiene que ver con factores externos y también factores internos», señaló.
«Es nuestra obligación interpretar el mensaje que envió el mercado», expresó. Reafirmó, ante una pregunta, que la meta de inflación anual sigue en 15%, pese a que el costo de vida ya acumula casi 10% en cuatro meses.
La crisis se desató cuando grandes bancos prestamistas y fondos de inversión dejaron de prestarle al gobierno. La inflación creció sin tregua, con altos déficits de cuenta corriente y fiscal, lo que contribuyó a una crisis de confianza en la política del presidente Mauricio Macri.
«Tenemos que trabajar sobre la inflación núcleo», dijo el gobernador. La inflación núcleo o subyacente no toma en cuenta precios volátiles, como el de los alimentos o la energía.
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