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Luis Alfonso Mena S.
Tomado de Telesur
“Si soy elegido presidente, díganme compañero presidente”, les pidió Gustavo Petro a miles y miles de cartageneros que lo esperaron ansiosos y entusiastas en el atardecer del sábado 14 de mayo en La Heroica.
Sin duda, esa solicitud marca la diferencia de lo que será su gobierno respecto de los mandatos o regímenes de todos los demás presidentes que han estado al frente del Estado en Colombia, a excepción de los ocho meses del general José María Melo, entre abril y diciembre de 1854, y a quien defenestraran los ejércitos de las camarillas liberales y conservadoras del Siglo XIX que estaban al servicio de la oligarquía santafereña.
(A propósito, el único candidato que conoce la historia de Melo, el rebelde presidente indígena de los artesanos en el nacimiento de la República, es Petro, quien la reivindica y la ha explicado a lo largo de muchos discursos en plaza pública. El de Melo ha sido el único gobierno realmente popular en Colombia, pero las élites solo lo dejaron ejercer ocho meses).
Esa frase (“díganme compañero presidente”) nos hizo recordar a Salvador Allende, elegido jefe del Estado en Chile el viernes 4 de septiembre de 1970, a quien todos llamaban “el compañero presidente”.
Han transcurrido de esa fecha a acá casi 52 años, y las condiciones sociales, económicas y políticas en la mayoría de los países latinoamericano no han variado sustancialmente, aunque ha habido cambios importantes en varios de ellos, que han tenido que enfrentar la reacción inmisericorde del imperio estadounidense y de las oligarquías lacayas que siempre han conspirado para dar al traste con los procesos de cambio, como hicieron con Melo en 1854 y con Allende, en 1973.
Hace 20 años Colombia se sumió en la oscuridad de un régimen criminal que tiene en su haber espantosas violaciones de derechos humanos, 6.402 crímenes de lesa humanidad, centenares de masacres y miles de asesinados en la represión contra la protesta social y popular.
Ese ha sido el proceder de Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos (en su primer gobierno, principalmente) y de Iván Duque, en cuyo régimen los crímenes se cuentan por centenares.
Pero en el actual debate electoral una población cada vez mayor demuestra que está cansada del miedo, del terror, del hambre y del engaño de estos 20 años de gobiernos neoliberales, corruptos, represivos y criminales.
Y la correlación de fuerzas ha variado también sustancialmente de allá a acá. El sujeto político está cambiando aceleradamente. Ello es lo que explica, en parte, el impetuoso avance de Petro y de su fórmula vicepresidencial, Francia Márquez, que los tiene ad portas de la Presidencia de la República de Colombia.
Por eso, Petro, con seguridad y en tono afable, les expresó a sus seguidores cómo quiere que lo llamen cuando asuma la jefatura del Estado, del Gobierno, de la Administración y de las FF.AA., como manda la Constitución Política de Colombia.
“Compañero presidente”, nada más, así de sencillo, pues Petro considera que será no solo el “presidente de todos”, como se le dijo a una revista que durante toda la campaña lo ha vituperado, sino que será, ante todo, el presidente de los más débiles, de las víctimas, de los excluidos de siempre, de los oprimidos, de los perseguidos. Será uno de ellos.
(Entre otras cosas, para dedicarle el titular que puso en su portada de este domingo 15 de mayo, la revista Semana debe saber que es ineluctable, imparable, inevitable la victoria del líder del Pacto Histórico, y que fracasaron todas las matrices, mentiras, injurias, montajes, calumnias y guerra sucia, incluida la lawfare –guerra jurídica–).
EL ROL DE LA COMUNICACIÓN ALTERNATIVA
También ha fracasado el cerco mediático al que ha sido sometido Petro por la prensa del establecimiento y por los periodistas alineados con el poder.
Por eso es tan importante el aporte que numerosos espacios alternativos han hecho a la difusión de las correrías y actos de Petro y Francia Márquez a lo largo y ancho del país (asunto al que nos referiremos en una próxima columna).
Por lo pronto, quiero destacar a uno de los medios alternativos que cotidianamente, con un enorme esfuerzo, con el apoyo voluntario y solidario de la gente, están difundiendo a través de las redes, especialmente por YouTube, los actos de Petro y Francia.
Se trata LoMásTrinado.com, que orienta Christian Valencia, comunicador popular que, a diario, con mucha iniciativa y demostrando gran compromiso social, nos ha permitido estar al tanto de los discursos de Gustavo Petro, en desarrollo de una labor titánica que contribuye a romper la dictadura mediática impuesta por las clases dominantes para silenciar al candidato del Pacto Histórico.
Gracias a esa transmisión de LoMásTrinado.com en YouTube seguí las intervenciones de Petro el sábado 14 de mayo en Corozal, Sucre, en horas de la mañana, y en Cartagena, Bolívar, en horas de la tarde.
Lleno total en las plazas, multitudes congregadas desde muy temprano para esperar con expectativa y esperanza al candidato del Cambio.
Ya habían ocurrido concentraciones populares similares en más de 60 municipios del país, pues Petro ha sido el único capaz de llenar plazas a donde va, sin necesidad de presionar a la gente con tamales, rifas, refrigerios, buses, chantajes o amenazas a empleados y contratistas del gobierno, de empresas públicas o privadas.
LO QUE DIJO PETRO EN CARTAGENA
Resumo a continuación algunos de los planteamientos que formuló Petro en Cartagena:
Denunció que están circulando millones de dólares de las mafias del régimen comprando votos en los barrios populares de todo el país.
“Intentan mantenerse en el poder para seguir enriqueciendo a la oligarquía corrupta y asesina”, dijo. Y subrayó que vender el voto es elegir asesinos y ladrones.
“Si Petro es presidente, los compradores de votos serán juzgados”, aseguró.
Más adelante sostuvo: “Los invito a gritar libertad el 29 de mayo, con los objetivos del cambio”.
E hizo énfasis en sus planteamientos en relación con los trabajadores: “Queremos que el contrato laborar en Colombia vuelva a ser permanente, que le permita a la gente pensionarse, que vuelva la dignidad en el trabajo. Uno de los primeros pasos del nuevo gobierno será presentar el Estatuto del Trabajo”.
Luego tocó otro de los puntos medulares de su plataforma de gobierno: “Cuando la oligarquía ha privilegiado la universidad de élite, donde no puede entrar el pueblo sino es endeudándose de por vida, se excluye torpemente a la mayoría de los cerebros de Colombia”.
Por eso, dijo, “es más importante un libro que un tanque de guerra. En mi gobierno convertiremos cuarteles y cárceles en centros de educación”.
Y agregó: “No dejaremos que se gasten millones y millones de dólares en aviones de guerra, invertiremos esa plata en escuelas, colegios y universidades; en educación”.
“SE ‘ABUDINEARON’ LAS MEJORES TIERRAS”
Abordó, igualmente, otro aspecto medular de la crisis en Colombia, y aseveró: Las mejores tierras de Colombia se las ‘abudinearon’ –robaron– los terratenientes como Uribe.
Ya en Corozal, Petro había dicho que “mientras el mundo está lleno de desiertos, Colombia es una explosión vital de tierras de toda clase”, y se preguntó: “¿cómo en un país tan hermoso y variado puede haber tanta hambre”.
“Lo que se cambia el 29 de mayo en Colombia es la historia. Después de 500 años tenemos una segunda oportunidad sobre la tierra”.
“El cambio es la vida. El esfero –lapicero– es más importante que el fusil, y lo vamos a demostrar marcando una equis en el tarjetón”.
Al final de sus actos, Petro fue abordado por niños, pastores cristianos, voceros de comunidades diversas, líderes obreros y sociales que le expresaban su inmenso cariño y sus grandes expectativas.
“No te olvides de las mujeres indígenas víctimas de los falsos positivos”, fue lo último que se escuchó decir a una de las asistentes, antes de que Petro partiera, rumbo a Soacha, Cundinamarca, donde el domingo presidió una gigantesca manifestación como las de Fusagasugá, Montería, Cúcuta y tantas otras ciudades.
La señora del ruego se acercó y le dio un abrazo interminable al candidato, esperanzada, emocionada, como millones de colombianos hoy en todo el país con el compañero presidente.
