Englewood/EEUU/dpa
Peyton Manning eligió poner fin a su carrera con la misma precisión con la que utilizaba su brazo. Cuatro semanas después de conquistar su segundo título en la NFL, medicine uno de los máximos íconos del deporte más popular de Estados Unidos se despide con numerosos récords y el reconocimiento unánime de colegas y aficionados.
«Pocos han dejado una huella en del deporte como Peyton. Simplemente ha revolucionado el fútbol americano», unhealthy escribió Jim Irsay, el dueño de los Indianapolis Colts, la franquicia con la que Manning conquistó el primer de sus títulos en 2007.
Nueve años después, el «Sheriff», como se lo apoda por la imagen de autoridad que emanaba en la cancha, volvería a coronarse en febrero con los Denver Broncos para convertirse en el primer quarterback que es campeón con dos equipos diferentes. Pese a no brillar como en sus mejores tiempos, Manning dice adiós a los 39 años con la máxima gloria posible.
Tom Brady, su gran rival en los New England Patriots, se rindió ante la «increíble carrera» de Manning y consideró que su adversario cambió para siempre la historia del fútbol americano e hizo mejores a todos a su alrededor. «Ha sido un honor», señaló en Twitter el mariscal de los Patriots.
Nadie puede discutir que Manning tenga un lugar garantizado en los libros de la NFL. En sus 18 años de carrera, fue elegido cinco veces el jugador más valioso de la Liga (MVP) y batió numerosos récords. Es el mariscal más veterano en ganar el título y también el primero en hacerlo con dos equipos diferentes. Además, es el quarterback que más pases de touchdown dio en una temporada y en toda la historia de la liga, entre muchas otras marcas.
Que Peyton Williams Manning se haya convertido en jugador de fútbol americano no es una sorpresa si se miran sus orígenes. Nació el 24 de marzo de 1976 en Nueva Orleans en una familia que vibraba con el deporte del balón ovalado. Su padre, Archie Manning, fue quarterback de los New Orleans Saints y su hermano menor juega en los New York Giants, donde se coronó en dos ocasiones en el Super Bowl.
A punto de cumplir 40 años, su retiro tampoco resulta sorpresivo. Desde hace tiempo se especula con el fin de la carrera de Manning, aunque el mariscal prefirió tomarse un tiempo para reflexionar junto a su esposa y sus hijos, descansar tras el último título y «beber mucha cerveza», según dijo. Sin embargo, el diario «Denver Post» había anticipado ya el «último rodeo» del «Sheriff».
El jugador de los Broncos, franquicia a la que arribó en 2012 tras 14 años en los Indianapolis Colts, tenía aún un año de contrato con el equipo de Denver. Podría haber embolsado otros 19 millones de dólares, pero él mismo sabía que continuar su carrera hubiera sido un gran error.
«Era el momento adecuado», explico hoy al anunciar oficialmente su retiro. «Amo el football, lo voy a extrañar», dijo emocionado.
Su cuerpo ya no le ofrecía garantías y nada que mejor que retirarse con el trofeo Vince Lombardi entre sus manos. El hombro de su brazo de lanzamiento le causaba ya permanentes problemas al igual que su pie izquierdo. Alguna vez imponente con sus 1,96 metros de altura, Manning lucía frágil e inseguro en la última temporada, en la que dio más veces el balón a sus rivales (17) que para un touchdown propio (9).
Nunca en sus 18 temporadas había tenido un balance tan negativo. El título de los Broncos, incluida su gran victoria sobre los Carolina Panthers en la final, se apoyó sobre todo en su gran defensa. Además, los Broncos ya tienen desde hace tiempo en Brock Osweiler a un sucesor de nivel.
Ello, sin embargo, no empaña la enorme carrera de Manning, cerrada con una correcta actuación en la final ante los Panthers. Sólo las denuncias de doping que lanzó en diciembre pasado Al Jazeera America insinúan alguna sombra en su imagen ejemplar. Según la emisora, Manning ingirió la hormona de crecimiento HGH en 2012, temporada que se perdió por completo por una lesión en la nuca.
Sin embargo, el rumor no perturba el recuerdo que guardará de él el mundo del fútbol americano. «La extraordinaria carrera de Manning estuvo impulsado por un gran talento, una increíble predisposición hacia el trabajo y una permanente ambición de ser el mejor. Y tuvo su final perfecto con la victoria en el Super Bowl», resumió Roger Goodell, el jefe de la NFL.