Por: Rolando Alvarenga
Durante la campaña electoral, que está a punto de terminar, los dos partidos más ruidosos (GANA y ARENA) expusieron sus Plataformas Deportivas, que tienen como eje principal incrementar la inversión económica en el deporte salvadoreño.
Ahora bien, lo económico es vital para el desarrollo del deporte; sin embargo, estas plataformas dejaron fuera el lado humano y otros aspectos esenciales para que el deporte salvadoreño resucite.
Y cuando hablo del lado humano me refiero a que ninguna propuesta incluye mocionar ante la Asamblea Legislativa la aprobación del pago de una pensión digna a aquellos atletas que, a través de los años, sacaron la cara por los colores patrios y hoy deambulan por las calles viviendo por misericordia.
Y para muestra, recientemente falleció Don Marco Garay, un excampeón y entrenador de Pesas, quien murió en la más indignante de las miserias. Y así como él, han partido un resto de héroes anónimos deportivos, víctimas del abandono patrio.
También me hubiese gustado escuchar o leer que, a partir de un nuevo gobierno, los atletas viajarán al extranjero con viáticos de Misión Oficial; que se impulsará un Decreto Legislativo por medio del cual las universidades otorgarán becas a los atletas élites; que los atletas destacados serán asegurados y recibirán su estímulo económico estatal puntualmente y, sobre todo, que construirán un Polideportivo en San Miguel y otro en Santa Ana.
Además, que apostaran por reconstruir el Palacio de los Deportes, el estadio Jorge “El Mágico” González y la Villa Centroamericana.
Pero no, solo se habló de grandezas y millonarias sumas económicas que, al final, terminan diluyéndose en la contratación de familiares, adeptos, voluntarios y sembrando desde ya para la próxima campaña política a costilla del deporte. ¡Que no le den atole con el dedo! ¡Ver para creer!