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Gloria Silvia Orellana
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“Aquí siempre dicen que la producción de caña de azúcar dinamiza el empleo y las divisas, pero paradójicamente esa riqueza económica que genera este monocultivo queda en pocas manos y las comunidades no son las beneficiadas”, dijo José Acosta, director ejecutivo de Voces en la Frontera.
Y añadió, “son comunidades enfermas, población que vive con inseguridad alimentaria que además, son vulnerables, empobrecidas y es este tipo de monocultivo que está profundizando todos estos problemas sociales”.
Lo anterior fue expresado en el marco de la presentación del tercer informe: “Percepción de la Población del Bajo Lempa Jiquilisco sobre los efectos del Monocultivo de Caña de Azúcar”, a cargo de Voces en la Frontera y ACUDESBAL.
El informe arroja insumos y demandas para las autoridades de Salud, Medio Ambiente y Agricultura, a reparar en el impacto que está generando este monocultivo en el territorio del Bajo Lempa.
EL estudio, de tipo cuantitativo, contó con una muestra de 456 personas consultadas que representan igual número de familias, con el objetivo de conocer la percepción de la población en Jiquilisco, Usulután, por ser uno de los departamentos con mayor área de cultivo de caña de azúcar.
“Diría que los resultados de este estudio vienen a confirmar lo que ya organizaciones ambientalistas y de derechos humanos hemos venido denunciando en torno a los impactos que tiene el monocultivo de la caña de azúcar”, afirmó Acosta.
La población ha identificado y dado algunos datos relevantes, como que el 80% de la población de estas comunidades habita en lugares en donde los monocultivos de la caña de azúcar se encuentran a menos de un kilómetro de distancia. Y en otros casos más graves, el monocultivo se ubican en el patio de la casa de las familias y esto, está provocando una serie de problemas de salud y agrícolas, explicó Acosta.
Entre otros hallazgos, agregó, se encuentra el impacto el acceso y uso del recurso hídrico. La gente menciona que existe un “incremento de la salinidad del agua de la zona. Esto porque los cañeros instalan motores de alta potencia para extraer agua para el riego del monocultivo que es constante. Y como ocupa amplias extensiones de terreno termina afectando al manto acuífero y el acceso al agua para las comunidades.
“Al agotar el manto acuífero de agua dulce, el agua salada aflora e invade estos acuíferos contaminando lo que queda de agua dulce. Y, efectivamente, esto afecta a los pequeños agricultores y sus familias, sumado al deterioro de los suelos”, acotó.
“El riego de químicos es otro de los problemas más sufridos por la población. Tenemos la muerte de especies de la vida silvestre y por supuesto, el tema del impacto en la salud por los agroquímicos y el humo por las quemas de rastrojos que la gente ha mencionado en el estudio”, respondió Acosta.
Sobre la expansión del área cultivada con caña de azúcar en el territorio nacional, el estudio de Voces en la Frontera detalla que el departamento de Usulután ocupó el tercer lugar (2002), con un 11.5% de área cultivada con caña de azúcar, manteniendo esta concentración en la actualidad.
“Otro dato importante es que, la gente percibe que el monocultivo de caña de azúcar, reduce la capacidad de ellos para producir hortalizas o cereales como maíz, frijol, maicillo, sobre todo, por el uso de la tierra agrícola. Ya que esta tierra está siendo concentrada por este monocultivo y esto resta oportunidad para las familias de producir sus alimentos”, enfatizó.
“El 68% de las familias encuestadas opinan que el monocultivo de la caña de azúcar está incidiendo en la disminución de producción de alimentos; pero lo más preocupante para la población y relevante de este estudio, es que, el 90% de la población planteó la incidencia del monocultivo de la caña de azúcar con el padecimiento de enfermedades respiratorias y renales”, indicó Acosta.
Agroquímicos de caña de azúcar contaminan agua, suelos y aire
Acosta señaló que estas afectaciones renales se deben a los agroquímicos aplicados al cultivo, el humo de las quemas y aumento de polvo en el aire. Algunos pobladores señalan que lo anterior ha provocado bronquitis, asma, insuficiencia renal, irritación ocular, enfermedades hepáticas y enfermedades en la piel.
“Las enfermedades renales son muy preocupantes. En una de las preguntas en la encuesta, incluía que si alguien en su familia estaba padeciendo de enfermedad renal y el 27% de esta muestra dijo que hay una persona en su grupo familiar con enfermedad renal”, explicó Acosta.
“Mientras, el 68.0% de personas consultadas conocen de al menos una persona en su comunidad que ha fallecido a causa de insuficiencia renal durante el último año, entonces, este es un dato preocupante y debería alertar a las autoridades de salud (MINSAL) para profundizar en este tipo de investigaciones”, expresó Acosta.
Para el director de Voces en la Frontera, el Ministerio de Salud y el Gobierno hacen omisión sobre este impacto cuando “toda una generación está muriendo por este tipo de padecimientos”, lo que han venido denunciando como organizaciones pero no han encontrado eco en las autoridades estatales.
Población del Bajo Lempa demanda medidas por parte del gobierno
“Algunas conclusiones del estudio es que al menos el 57.7% de la población de esta zona percibe un incremento en el cultivo de la caña de azúcar en los últimos cinco años, lo cual tiene un impacto en la economía local y regional, que si bien genera empleos eventuales, no pueden omitir las problemáticas sociales en términos de afectaciones de salud y la agresión al medio ambiente”, manifestó.
“Y que el uso de químicos y la quema de vegetación que se realiza en las prácticas del cultivo de caña de azúcar, son reconocidas como actividades negativas por la mayoría de personas encuestadas que reportaron un alto porcentaje de enfermedades relacionadas (81.1%) y daños ambientales (75.20%), además de la preocupación por la seguridad alimentaria (65.1%), que considera que este monocultivo resta tierra a cultivos alimentarios”, enfatizó Acosta.
A partir de esta realidad, Voces en la Frontera y ACUDESBAL hizo un llamado a los ministerios de Agricultura y Ganadería MAG), Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) y Salud (MINSAL), para que tomen medidas a corto y largo plazo.
“Las medidas deben ser tomadas con la debida seriedad que demanda esta problemática y la situación que afecta seriamente los ecosistemas de la zona costera del país”, argumentó Acosta.
