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La población rural se está alimentando con menos cantidad de porciones y con menos frecuencia de alimentos, agudizando con ello la crisis alimentaria y nutricional.Foto Diario Co Latino/Cortesía.

Población rural en El Salvador en declive alimentario

Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino

Adela Bonilla, integrante de la Mesa por la Soberanía Alimentaria (MpSA), afirmó que la situación de seguridad y soberanía alimentaria de la población rural se encuentra en un serio descenso. Bonilla asegura que Población rural en El Salvador en declive alimentario.

“Estamos hablando que la población rural se está alimentando con menos cantidad de porciones y con menos frecuencia de alimentos. Esto significa que los que antes podían comer tres tiempos, ahora sólo realizan dos. Y estos dos tiempos de alimentos con menos las porciones que solían consumir”, explicó Bonilla.

El Fondo de población de las Naciones Unidas (UNFPA) da cuenta que en el año 2023 la población rural era de 1.64 millones, y que la Canasta Básica para esta población aumentó un 26%, lo cual es un serio desafío que deben enfrentar dentro de un contexto de cambio climático e inexistentes políticas de fortalecimiento de la agricultura de subsistencia.

“¿Qué se avecina para el país?, un 2025 sumamente caótico en cuanto a los alimentos, en un país que lamentablemente por décadas ha sido hundido en su agricultura y ahora dependemos de la donación de la producción excedente de los hermanos centroamericanos y países aliados”, manifestó Bonilla.

“Sólo imaginen si esos países deciden, a la base del cambio climático que estamos viviendo, priorizar la alimentación de sus pueblos, bueno, entonces, El Salvador ¿cómo queda?, porque no somos productores, no tenemos una soberanía alimentaria y muchísimo menos una seguridad alimentaria”, indicó Bonilla.

Esto traerá consecuencias también de “mayor escasez de alimentos”, en la zona urbana, debido a la falta de una política de seguridad alimentaria, los precios de los productos terminarán elevando la situación de vulnerabilidad para todo el país, agregó.

“Y si acaso van a tratar de solventar como ha venido haciendo el Gobierno de importar alimentos, tenemos otro problema y es que no sabemos ¿qué calidad de alimentos son?, ¿cómo han sido cultivados?, ¿cuál es la procedencia de la semilla? , ¿cómo ha sido el proceso de dicha producción de alimentos?, hay muchas dudas”, indicó.

No vamos a negarlo, caeremos lamentablemente en la fase de pobreza a pobreza extrema. Y creemos que la situación para 2025 y finales del presente año, como bien han dicho la mayoría, podrán algunos sacar cosecha postrera, pero eso no significa que será la cantidad que años antes se podían producir, entonces, la situación siempre se va agravar”, reiteró Bonilla.

Agromercados populistas y no medidas de contención

Jessica Martínez afirmó que las últimas medidas implementadas por el Gobierno, para la Mesa por la Soberanía Alimentaria son una “respuesta populista que responden a la propaganda gubernamental”, y consideró que esa lógica y dinámica se emplea para acallar el descontento social.

“Al margen de estas medidas que aplica el Gobierno, éste ya sabe que estamos en una crisis alimentaria porque, si no, no tomarían estas medidas, aunque son totalmente incorrectas”, dijo.

“¿Por qué el Gobierno no dialoga con el sector campesino?, con las mujeres productoras y agricultoras o con las cooperativas de agricultores y agricultoras y porque no se fomenta la producción local, esto se debe dinamizar”, indicó Martínez.

Adela Bonilla reiteró que los agromercados en distritos populosos no han sido implementados de una forma correcta para dar una respuesta inmediata de alimentos a bajo precio y al alcance de la población en situación de pobreza.

“Sólo Soyapango tiene más de medio millón de habitantes y tiene solo un agromercado, entonces ¿cómo quieren solventar la necesidad de la población salvadoreña en un sólo distrito? Esas decisiones a la ligera no pueden solventar realmente las necesidades de la familia salvadoreña”, manifestó.

“Sabemos que esos espacios son transitorios casi fugaces sólo están en la mañana, porque el producto se acaba rápido y entonces no están preparados para cubrir la demanda real de la familia salvadoreña de los productores que llegan y están dejando afuera la producción nacional”, refirió Bonilla.

En cuanto a la realidad que viven las mujeres, a quienes les han asignado por patrones machistas la búsqueda y preparación de alimentos, Bonilla, indicó, que estas se ven afectadas muchas veces en la búsqueda de precios más bajos para que el presupuesto alcance.

“Muchas mujeres se van a hacer largas filas para comprar alimentos, como el agromercado de Santa Tecla que hay colas que han sido hasta de 2 kilómetros, porque sólo hay uno y cuando las mujeres les toca el turno de comprar en todo ese proceso ya no hay producto porque todo se ha terminado, es una burla”, expresó.

“Las mujeres pierden la mañana, pierden el producto y la oportunidad para obtener los alimentos para su familia. Y la preocupación es porque la hambruna se agrava, creo que mientras no haya una visión estratégica ni un plan nacional para la seguridad alimentaria, esto irá en declive e impactará a las mayorías más pobres”, puntualizó Bonilla.

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