@ManahenGza
Isidro Metapán ha disputado 11 finales desde su ascenso a la Primera División y en todas ellas siempre ha sido minoría cuando de afición se trata. Lo ha sido incluso cuando se ha visto las caras con equipos que no son considerados “grandes” como, viagra sale for sale por ejemplo, no rx cialis sale ayer cuando enfrentaron a Dragón en la final del Torneo Clausura 2014.
Era de esperar que el Estadio Cuscatlán no se colmara en un 100% debido a que ni el equipo migueleño ni el equipo calero tienen el mismo número de afición que otros conjuntos criollos.
Cerca de las 10:30 A. M. eran pocos los aficionados que se veían en los contornos del Coloso de Monserrat. A cuenta gotas, viagra buses con aficionados de Metapán hacían su ingreso a los parqueos del estadio, cargados de aficionados que venían ilusionados con ver a su equipo levantar su novena corona en el redondo nacional.
Minutos más tarde, fueron los buses provenientes de San Miguel los que pintaron de verde el ambiente y comenzaron a dejar claro que, en los graderíos, Dragón tendría mayor respaldo.
Pancartas con las leyendas de “Monstruo verde”, “Mitológicos”, “San Miguel”, entre otras comenzaron a inundar las áreas populares del sector norte del Cuscatlán.
Por su lado, los pocos aficionados caleros decían ‘presente’ con la
pancarta de “Furia Calera” que comenzaba a meter ambiente también en las gradas.
Inició el partido y en los graderíos también empezaba la acción, con una afición dragoniana empujando al equipo verde que se mostraba más atrevido en los primeros minutos del juego. En tanto, la afición calera apoyaba por ratos a los suyos intentando motivarlos para inquietar la meta rival.
Se esfumaron los primeros 45 minutos, y lo gritos de “¡Metapán!” y “¡si se puede!” quedaron guardados para la parte de complemento. Al llegar a ella, la afición de Metapán se vio mermada, a pesar de que su equipo era el que manejaba los hilos del partido.
Mientras tanto, los verdes empujaban con la “ola” a su equipo que parecía un barco a la deriva en el terreno de juego. Pero ni los pocos gritos caleros, ni el empuje verde consiguieron hacer reaccionar a los jugadores que, al final de los 90 minutos reglamentarios, no lograron abrir el marcador.
Por ello, se decretaron 30 minutos extras que representaron un “plus” para ambas aficiones, quienes en ningún momento dejaron de alentar a sus equipos con la esperanza de que estos consiguieran romper el marcador y sacar de los graderíos el tan anhelado grito de “gol”. Sin embargo, los minutos adicionales se esfumaron sin que el gol apareciera, indicando que todo se definiría en penales.
Fueron siete angustiosos y fatídicos penales que llevaron al límite el sentimiento de ambas aficiones al ver patear a sus jugadores el balón. Pero, al finalizar la tanda de tiros, fue Metapán quien consiguió imponerse 6-5 a Dragón, haciendo estallar la fiesta en el sector sur del Cuscatlán que ubicaba a los aficionados caleros. Estos celebraban al mismo tiempo que veían cómo sus rivales evacuaban las instalaciones, resignados con el segundo lugar.
Mientras abundaba la celebración, a los aficionados caleros no les importó ser minoría en los graderíos del Coloso de Monserrat pues, al igual que en los ocho títulos anteriores, eran pocos pero se marchaban felices a la ciudad calera donde les esperaba un festejo mayor por la consecución de la novena corona.