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Poemas de Alex Canizalez

IMITADORES DE PÁJAROS

Cuando empezamos a escribir poesía

Nos da por querer imitar el juego de los pájaros

Queremos experimentar sus cantos, sus juegos y sus vuelos…

Esconder la cabeza en un agujero en el suelo

Hundirnos en lo profundo del océano

Para aprender su lenguajeo de salmuera

A mí me daba por imaginar que tenía dos alas

Me daba por dar piruetas en el aire y saltar entre las ramas

Me volvía loco de felicidad y satisfacción impecable

cuando rozaba el aire entre mis piernas

y la sensación tardía y tibia de la caricia de tus labios en mi oreja

Me encantaba ese gorgoteo de piel de gallina calentando mis instintos

todavía me fascina el cambio de colorido en mi plumaje iridiscente

¿Desde hace cuánto está el pájaro carpintero taladrando al bosque

con la música matinal que sale del corazón de los árboles ancestrales?

Cuando empezamos queremos imitar hasta sus brincos en las ramas

Así andamos dando graznidos por las ramas sin llegar al punto

Del grave de luz que nos atraiga

Eso es el primer gozo

Ese de andarse por las ramas…/ evitando el punto de las intersecciones…/

Persiguiendo imposibles que nos parecen alcanzables…

Gracias Withman/Gracias Vallejo

Neruda/Huidobro/Ginberg/Espino

Paz y vos, Borges, cantor pampero

En nuestra infancia hacíamos lo mismo

queríamos aprender hasta hablar con otras palabras

Alguna vez alguien nos dijo que las piedras y las paredes hablaban

Y así pulíamos el tímpano común de los pájaros

intentando hasta reír con sonrisas metálicas prestadas

pensar hasta con ideas ajenas para dejar nuestro sentipensar expandiéndose

La crítica nos clasificó como pajarera enanisticas imitadora…

Pero nadie tiene el manual del abc del poeta,

Porque si no en su taxonomía de pájaros

solo seríamos salamandras intentando son sus falsas aletas

haciendo bulla y revuelo en el gallinero calentado el podrido huevo

 

De los grandes gigantes

queríamos saber lo que hacían y cómo

para intentar ser como ellos

y nos subíamos como hormigas a sus espaldas

para ver si mirábamos hasta donde les llegaba el mirar

Eso nos pasó con Newton con Einstein y otros…

Hasta que un buen día

nos llamaran la atención por farsantes

Por ser sino una disonancia,

los arlequines, los Tartufo, los Quasimodo

en los teatros callejeros del primer mundo

Eso que llaman la ciencia “periférica” tardía del espíritu descubriéndose

Y los dioses y las diosas se sintieron ofendidos

por nuestra mala intención de no querer ser

sino la imagen del lucifer entre ellos

Así descubrimos que nuestro canto

es un graznido/ un chillido en el pecho…/

un bullicio del tercer mundo que nos tocó

/ un griterío entre las ramas.

Pero nuestro/ y desde aquí todavía cantamos

con piedras en la cabeza para que la lluvia caiga

como el Jazz negro de Montgomery

hemos de aprender a concentrar el oído

para descubrir que cada tambor tiene su voz

y cada uno tienen algo que decir entre las voces

aunque se repetida y suene con la cuerda rota

que ya es otro ritmo y otra manera de sonar nuestra sonajera

nuestro chinchín de niño tierno que imita su fiesta

El peligro de imitar a los pájaros

es que no te reconoces entre sus graznidos

aunque aúlles entre los lobos

rebuznes y patalees entre los búfalos

El chillido de pecho del corazón que brinca

sobre las gradas del templo lleno de sangre

eso es lo que cuenta y da cuenta de quienes somos

El sacrificio de dioses malvados que no se tapan los ojos

al mirar nuestra mirada de miedo, hambre y muerte…

Aquí que cada uno baila, canta y hace su balumba

como los esclavos africanos por puro exotismo

con el cual creemos dominamos su nagual, sus espíritus en las cavernas;

como nuestros ancestros en las cuevas de Atapuerca.

A los pájaros nos gusta jugar al intento del salto al vacío incierto

Preguntar qué otros mundos hay al otro lado del nido al vuelo del aire

A veces, el miedo, de destriparnos en las piedras contra el suelo

de lanzarnos al vacío para convertimos en polvo o en la pluma que cae

Nos detiene un poco…/y cuando vemos a otros en el aire

El cielo con sus estrellas nos llaman a su infinita trascendencia…

A los pájaros nos da por querer imitar a los ermitaños

y nos escondemos por largos días y lluvias en nuestros nidos madrigueras

de donde emergen polluelos mojados y tembleques intentando

buscar el pico que les de zarzuela,

ese viaje de búsqueda y encuentros

para encontrar y encontrarse frente a su yo-cuántico…

con su propia voz/… ideas y sueños que brotan

del plumaje de su cabeza de piedra…

dichosofuiiii…pizh..pisssscoy…

irk…/tirk…/…irk…kistoiiii….

 

FEYMANN

La araña no es que teja su red

Para atrapar sus sueños

Es que en el fondo la imaginación

coloca la razón briosa

para mostrar las muecas

de las ilusorias máscaras fiesteras

con las que andamos todo el día revelándonos

y entonces, toda toma forma,

y la ciencia es lo que queda

después de tanto autoengaño.

Uno es el que inventa los reflejos en el espejo

esos chispazos furiosos

con el que acariciamos la tarde

y terminamos acariciados

por los labios y los senos desnudos de alguien

que se nos quedó en la memoria.

 

PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE DE HEISSENBERG

Es cuando estamos en cuenta regresiva

Para dar el salto,

en algún punto

impreciso,

donde menos lo imaginamos.

Al otro lado de uno mismo

está nuestro anti-yo con sus pluri-yoes

haciendo lo mismo,

tratando de encontrarse para encontrarnos

unirnos, consolidarnos, desplegarnos

y empezar

el juego desestructurante

de los micros big bangs de la vida.

 

 

Alex Canizalez

Poeta y Doctor en educación

Del poemario inédito: Espejo fragmentado

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