Andrea Abarca Orozco
(Tuxtla Chico, Chiapas, México; 1991). Licenciada en Lengua y Literatura Hispanoamericanas por Universidad Autónoma de Chiapas. Estudiante de maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad Nacional Autónoma de México. Algunos de sus artículos literarios han sido publicados en suplementos culturales y revistas, entre los que destacan: El Laberinto, suplemento cultural del periódico Milenio y Revista Ágora, del Centro de Estudios Internacionales del Colegio de México. Su poesía parece en antologías, como: Los hijos de la lágrima (Cohuiná Cartonera, Chiapas, México), Antología Tratado Mesoamericano de Libre Poética (Honduras-México), Nueva Poesía y Narrativa Hispanoamericana del Siglo XXI (Lord Byron, Madrid, España) y Universo poético de Chiapas (CONECULTA, Chiapas, México).
Petardo de luciérnagas
A Olga, mi abuela
Si estuvieras aquí
viviríamos a solas junto a la lluvia
te diría que una tormenta es un lirio que cae desde tu boca
vives entre la comisura de mis dedos mientras escribo
comienza a llover
invoco tu nombre
un árbol expande sus raíces en mi lengua
aquél que crece de noche con tus silencios
el mismo que responde con un nido de palabras
como llovizna de tu cuerpo en fragmentos
pero por alguna razón que no entiendo
alguien elevó las anclas
y te dejó fluir hacia otra muerte
esa que no recuerdo si algún día conocí
Abuela
tu partida dejó pájaros lluviosos sobre mis hombros
un canto nostálgico circula por mil venas
cada vez que duermo
no cesan los silbidos de tus aves bajo mi almohada
¿En dónde estás, abuela?
Fui a buscarte a las fotografías del ropero
y encontré tu mirada como un petardo de luciérnagas
que iluminan la otra orilla del mundo
¿En qué puerto me esperas?
Cuéntame de qué color son los océanos
que caben en la profundidad de tus manos
tu carne apenas convertida en polvo
quizás resurja en otra primavera
por eso dejo esta nota al pie de tu cama
por si alguna vez nos visitas
y ya no pudiera decirte
que tu casa te extraña
y yo también
Estado de sitio
Encontré mi estado de sitio
en la rajadura de una taza de café
que no pudo contener su propia forma
Traigo aquí dentro una huelga indefinida
que busca ser irremplazable en la sangre
Estoy a una coma de crear una ciudad
en la que puedan convivir tus apariciones con las mías
No importa si eres de todas partes
o si provienes de no sé qué norte
pero estoy aquí tendida
sobre la insignificancia del polvo
para que acampes en mi vientre
lleno de raíz y te quedes a fecundar
el país que siempre quisimos
bajo las faldas ondulates de la muerte